TRIUNFAL PRESENTACIÓN DE HERMOSO EN LA FERIA DE AGUASCALIENTES

Más de once mil personas presenciaron el triunfo del torero navarro.

Ante más de once mil personas, salió a hombros tras cortar tres orejas a un lote de toros de Fernando de la Mora.

Lugar: plaza de toros Monumental de Aguascalientes (México).

Ganado: dos toros de Fernando de la Mora para rejones, primero y cuarto, de opuesta condición, y cuatro de D’Guadiana para la lidia ordinaria.

Pablo Hermoso de Mendoza: dos orejas y oreja.

Rafael Ortega: silencio en ambos.

Alejandro Amaya: silencio y pitos.

Incidencias: Tres cuartos de plaza. Más de 11.000 espectadores. El navarro se presentó en la Feria de San Marcos.

Pablo Hermoso de Mendoza ya había toreado siete festejos en la Monumental de Aguascalientes –tres salidas a hombros y cuatro a pie- pero nunca lo había hecho dentro del marco de la Feria de San Marcos, la más importante de México. Por tanto, el domingo pasado se presentó en este prestigioso ciclo ante más de once mil espectadores. Y no defraudó. Al revés, volvió a sentar cátedra en el toreo a caballo, con dos faenas de altísimo nivel, saldadas con el corte de tres orejas y con una nueva salida por la puerta grande del coso hidrocálido.

Curiosamente, así se llamó –Hidrocálido- el buen toro que abrió plaza, un ejemplar de bonita estampa, bravo, con mucho temple, que fue ovacionado en el arrastre. Y el caballero navarro lo cuajó de principio a fin, en un gran trasteo confeccionado con la serenidad de Disparate de salida, con el toreo de costado y los cambios por los adentros de Chenel, con el toreo circular de cercanías de Ícaro, y con el intrépido estilo de Pirata en el tercio final, que permitió que su dueño se luciera con las cortas, con vistosos desplantes, con un soberbio par a dos manos y con un certero rejonazo final, que posibilitó la concesión de las dos orejas.

A diferencia del anterior, el cuarto de la tarde fue un prenda que se desentendió de la lidia, que estuvo pendiente del callejón y que se dedicó a esperar para intentar hacer presa. Por ello, el torero estellés, con Villa de salida, lo tuvo muy complicado. Sin embargo, sacó a Manolete en banderillas y pudo con el toro, y hasta pareció que lo hacía bueno, con su toreo de costado y unas ajustadísimas piruetas. Después, Viriato, con su toreo al estilo de Ícaro y a los sones de “Viva Aguascalientes”, puso la plaza como un hervidero. El magnífico tono festivo se mantuvo con la salida al ruedo de Pirata, que permitió a su dueño enterrar el rejón de muerte; pero el toro no dobló y el maestro tuvo que descabellar, lo que redujo el premio a una oreja, la tercera y última antes de salir a hombros en tan prestigiosa plaza.

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