Los seis rejoneadores en Talayuela después de hacer el paseíllo.
Cortó las dos orejas de un utrero murubeño de El Madroñal.
Roberto Armendáriz afrontó el domingo el segundo compromiso de su temporada y lo hizo con otro triunfo de puerta grande, esta vez en la plaza cacereña de Talayuela, tras lograr las dos orejas de un utrero de El Madroñal, hierro cacereño, de procedencia Murube, propiedad de Joaquín Herrero.
En el citado coso alternó con José Miguel Callejón (oreja), Raúl Martín Burgos (dos orejas), Paulo Jorge Santos (dos orejas), Joao Moura Caetano (dos orejas) y Francisco Palha (oreja).
Al caballero de Noain le correspondió el quinto, que ofreció buen juego, como el resto del encierro. Fue un utrero que tuvo calidad aunque fue yendo a menos. Lo brindó a Óscar y Nati, dos amigos que se habían casado el día anterior. Y lo recibió montando a Delirio, caballo con el que paró a su oponente, al que castigó con sólo un rejón para cuidar su buena condición.
En banderillas, conquistó los tendidos, primero con los ajustados quiebros de Ranchero y después con las precisas batidas de Zamorino al pitón contrario, montura que volvió a brillar con sus espectaculares piruetas. Para el tercio final, el jinete navarro optó por la veteranía de Polvorilla y no se equivocó. Tras dejar tres cortas sin respiro, Armendáriz concluyó su labor con un rejonazo de efectos fulminantes. Hubo fuerte petición de rabo, pero el torero se tuvo que conformar con las dos orejas del buen astado.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX