Los niños disfrutan corrieno delante de los toros con ruedas. Fotografía: Nuria G. Landa.
El Casco Viejo acoge los 4 últimos días de fiestas la ‘cita’ de los niños con los astados simulados de la Orden del Volatín
No empieza a las ocho de la mañana, sino después del mediodía; y no son 6, sino 10 los astados que lo protagonizan. Éstas son algunas de las peculiaridades del encierro de los ‘más pequeños’ de Tudela.
La calle Rúa, en pleno Casco Viejo de la ciudad, se llena de niños en cada una de las cuatro sesiones de este tradicional acto de las fiestas, deseosos de ponerse ante las astas de los toros simulados de la ganadería de la Orden del Volatín, organizadora del evento. Unos astadosa los que en cada edición les salen más compañeros de manada, ya que son varios los pequeños que acuden al acto con sus reses.
Tres vueltas
Algunos de los niños que acuden al acto quieren tener contacto con las reses cuanto antes. De ahí que esperen a las puertas de los corrales -la sede de la Orden- para intentar ver lo más cerca posible cuando salen a los 6 astados realizados con las cabezas de unos novillos, y sus 4 ‘hermanos’ pequeños.
El disparo de un cohete anuncia el inicio del encierro. Es el instante en el que los niños participantes, los más pequeños acompañados de adultos- comienzan a correr ante los morlacos en un recorrido que tiene su punto de partida y llegada -tras recorrer varias calles y plazas-, en Rúa. Es el momento de ver cómo disfrutan los pequeños protagonizando bonitas carreras ante los astados simulados. Pero si no lo consiguen la primera vez no tienen por qué preocuparse. Y es que cada día del acto son tres las veces que los morlacos hacen frente al citado recorrido, dejando unos minutos de descanso entre cada carrera que aprovechan los niños para tocar a los toros y fotografiarse con ellos. Celes Sebastián, miembro de la Orden, destacó “cómo disfrutan los chavales, que es de lo que se trata”.
Respecto a la novedad de este año de la Comisión de Fiestas de hacer encierros infantiles por la tarde, dijo que “pensamos que duplicar actos que funcionan no te asegura el éxito”. “Mientras no se solapen, cualquier acto es bueno”, añadió.
Información de M. I. para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX