GANADERÍA DE PINCHA PONE LA EMOCIÓN AL ENCIERRO EN S. ADRIÁN

Los mansos reconducen al novillo colorado por la calle Delicias. Fotografía: Gener.

Los mansos reconducen al novillo colorado por la calle Delicias. Fotografía: Gener.

Un novillo colorado se descolgó de la manada y provocó dos momentos de serio peligro.

Los dos encierros de la quinta jornada de las fiestas de Las Santas Reliquias de San Adrián se saldaron sin incidentes. Por la mañana, los erales de Ganadería de Pincha, propiedad del lodosano José Antonio Baigorri de la ganadería pusieron la emoción en un encierro con menos presencia de corredores de lo habitual.

Uno de los astados, colorado, en contraste con sus tres hermanos, negros, creó dos momentos de peligro. El morlaco se rezagó en dos ocasiones, separándose de la manada. El primer susto, que pudo ser más grave, tuvo lugar al principio de la calle Mayor, antes de enfilar la Carretera de Estella. Un mozo tropezó en la carrera y se cayó al suelo al paso de la manada. Cuando se levantó para subir a la barrera, el novillo se volvió provocando el susto en el corredor y en más de uno de los espectadores del vallado.

A la altura del número 55 de la Carretera de Estella el astado colorado abandonó de nuevo a sus hermanos y se volvió, entreteniéndose en la acera y provocando un segundo momento de peligro. Los pastores tuvieron que emplear a los mansos para recoger al novillo y conducirlo hasta la plaza de toros donde alcanzó al resto de la manada.

Por la tarde, las reses de la ganadería Antonio y Pilar de Tudela, protagonizaron un encierro tranquilo y sin sobresaltos.

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