LA CALIDAD ‘MARQUÉS DE DOMECQ’, A PRUEBA EN VILLAFRANCA (NAVARRA)

Derechazo de Marco bajo la atenta mirada de José Ángel Santafé, primero por la izquierda. Fotografía: Miguel Monreal.

El ganadero navarro José Ángel Santafé va a lidiar este año dos novilladas picadas y seis sin los del castoreño.

La finca Juncal, sita en Villafranca, ha sido el escenario de la tienta de 32 eralas del hierro de Santafé, tienta que se llevó a cabo en tres jornadas consecutivas en las que intervinieron diversos matadores de toros y novilleros franceses y españoles.

El primer día la suerte de varas corrió a cargo del veterano Vicente Antón “Chamaco de Ablitas” y los dos siguientes tal labor la llevó a cabo Juan Manuel Sangüesa, picador tudelano. Ambos cumplieron a la perfección su labor.

Respecto a los diestros, probaron la calidad domecq de la materia prima, que tuvo clase, en forma de fijeza, de embestida noble y humillada, de recorrido y de duración, los matadores de toros Francisco Marco, Alberto Álvarez, Julien Lescarret, Paulita, Joselillo y Manuel Carbonell, los novilleros Javier Antón, Diego Hermosilla, Iván Abasolo, Gallo Chico, Milagros de Perú e Imanol Sánchez, y los becerristas Javier Marín y Jean Bautiste Molas, que pudieron torear los tres días y dejaron claras muestras de la positiva evolución de su toreo.

Natural de Paulita, que bordó el toreo en Villafranca. Fotografía: Miguel Monreal.

De los matadores de toros, el aragonés Paulita se llevó un lote de ensueño y no lo desperdició; todo lo contrario, sacó a relucir su duende, todo su fino y elegante repertorio en dos faenas largas ante un par de vacas de muchísima calidad, con clase pero exigentes. Su paisano Álvarez no dispuso de un lote tan completo pero aprovechó al máximo la primera erala que le correspondió, un ejemplar de generosa bravura. El navarro Marco, por su parte, no tuvo tanta suerte con su lote pero tiró de oficio, superó las complicaciones y dejó detalles de mucho regusto torero. Como también gustaron las formas de Carbonell, Joselillo y Lescarret en sus respectivos estilos.

De los novilleros, Hermosilla se recreó con su toreo de pellizco ante una erala que lo tuvo todo -clase, nobleza y motor- y disfrutó asimismo Antón, que realizó dos faenas muy largas. El vizcaíno Abasolo dejó constancia de ser un novillero muy placeado, y asimismo Gallo Chico, Imanol Sánchez y Milagros de Perú dejaron constancia de querer ser algo en el mundo del toreo.

Como dará que hablar el joven francés Molas, que en las tres jornadas toreó muy bien, siendo una de las más agradables sorpresas de la mano de obra. Y también lo fue el navarro Marín, que derrochó valor y dejó ver que sigue por el buen camino.

De izda. a dcha., Jean Bautiste Molas, Alberto Álvarez, Paulita, el picador Juan Manuel Sangüesa, Francisco Marco y Javier Antón. Fotografía: Miguel Monreal.

El tentadero satisfizo a José Ángel Santafé Blasco, ganadero navarro propietario de una vacada de bravo, de origen Marqués de Domecq. “Estoy muy contento del resultado de los tentaderos. Pese a que a alguna vaca le ha faltado algo de fuerza, en general han galopado con magnífico tranco, han cumplido sobradas en el caballo y han derrochado calidad en la muleta. Aproximadamente, un ochenta por ciento han servido, han superado la prueba. Esto no quiere decir que haya aprobado a ese porcentaje porque quiero afinar mucho la selección”, aseguró el ganadero.

El afamado hierro de Santafé estará presente esta temporada en ocho festejos: en dos novilladas picadas y en seis sin picadores –tres de ellas en plazas francesas-, con el objetivo de repetir los triunfos que tantos años ha cosechado y seguir manteniendo en alto lugar el pabellón de una de las ganaderías con más solera de Navarra.

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