Compartió la salida a hombros con el veterano Joao Ribeiro Telles, mientras que Pablo abandonó de vacío la mítica plaza. Fotografías: pablohermoso.net
Ganado: Seis toros, reglamentariamente despuntados para rejones, de Murube, desiguales de hechuras, caras y edades, y de juego también variado, aunque en general dejándose más bien poco.
Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (silencio tras aviso y ovación tras aviso), Joao Ribeiro Telles (oreja en ambos) y Guillermo Hermoso de Mendoza (dos orejas y oreja).
Lugar y fecha: Plaza de toros de El Puerto de Santa María (Cádiz). 4 de agosto de 2023.
Incidencias: Festejo nocturno. Media plaza. Noche cálida y agradable. Inauguración de la temporada taurina estival en esta plaza. Telles y el joven rejoneador navarro, que se presentó en este escenario, salieron a hombros.
Guillermo Hermoso de Mendoza y João Ribeiro Telles salieron este viernes en hombros en el primer festejo de la temporada de verano de El Puerto de Santa María. Tres orejas paseó el rejoneador navarro por dos del cavaleiro portugués, mientras que el maestro Pablo Hermoso fue ovacionado después de fallar con los aceros.
La faena de la noche llevó la firma de Guillermo Hermoso. Fue en el tercero, toro que manseó de salida, al que tuvo paciencia el torero, rotundo e inteligente, en una labor redonda en la que destacaron las batidas al pitón contrario citando muy en corto así como el rejonazo fulminante que abrochó su labor. Completó su brillante noche cortando otra oreja al sexto, toro sin fondo tras una faena expuesta y de mucha entrega.
Una oreja de cada toro paseó João Ribeiro Telles. La primera, del bravo segundo, al que saludó a portagayola para clavar luego yendo siempre de frente, muy puro. Se dejó el quinto banderillas donde el luso brilló a lomos de Ilusionista, con un doble quiebro antes del embroque, que gustó mucho al cónclave. En ambos astados manejó el acero con prontitud y pericia.
Abrió plaza Pablo Hermoso con un animal bravo y con celo al que lució el maestro estellés con su toreo clásico, aderezado con vistosos remates, piruetas en la cara, antes de que un rejonazo sin efecto le obligara a usar en descabello y todo quedara en cariñosas palmas. Volvió a desempolvar su maestría en el cuarto, toro de más a menos al que realizó una faena técnica y muy vistosa, rematada con cortas y rosas. El acero le volvió a dejar sin premio.