EL TAURINO DE PAMPLONA DISFRUTÓ EN LODOSA DE LA BRAVURA DE PINCHA

Un momento del tentadero con los socios del Club Taurino de Pamplona al fondo de la imagen.

El matador de toros Víctor Hernández y el novillero Alejandro Chicharro tentaron cuatro vacas de José Antonio Baigorri. Galería de imágenes.

Medio centenar de socios del Club Taurino de Pamplona se desplazó el sábado pasado hasta la finca El Ontanal de Lodosa para presenciar una tienta de cuatro vacas de Ganadería de Pincha. Y el viaje mereció la pena. Las cuatro eralas fueron muy bravas en el caballo, montado por el picador navarro Juan Manuel Sangüesa, que ofreció otra muestra de su profesionalidad, y atesoraron calidad en la muleta.

Respecto a la mano de obra, matador de toros y novillero demostraron ser buenos tentadores, en sus respectivos estilos, y dejaron muy buena imagen. Víctor Hernández se desenvolvió con seguridad y mando, y lo mismo hizo el novillero madrileño, quien demostró que está más que preparado para dar el paso a la alternativa.

En primer lugar, saltó al ruedo de la plaza de tientas la vaca llamada Reposada, que fue muy completa. Brava en el caballo, en la muleta tuvo clase y motor. El matador de toros madrileño dejó muy buena imagen frente a ella; realizó una faena mandando, dominándola, ante una vaca con el que había que estar ahí.

La tercera, Milagrosa, apuntó buenos detalles desde el principio. Muy brava en el peto, resultó muy buena para el torero; quería todo por abajo, pese a que hizo alguna cosa regular, como querer aburrirse o salir con la cara arriba. El de Los Santos de Hunosa le bajó la mano, pese al mucho motor de la erala, que repetía y repetía; el diestro estuvo en su sitio y la toreó con mucho mando.

Chicharro, por su parte, no se quedó atrás. Su primera, Hebillera, cumplió en el caballo aunque no anduvo sobrada. Sin embargo, en la muleta atesoró mucha calidad y el joven novillero dibujó muy buenos muletazos por ambos pitones.

La cuarta y última, Rascatripas, procedente de un semental nuevo, no defraudó, todo lo contrario. Muy brava en el caballo (tomó seis o siete puyazos, como las demás), en la muleta embistió muy humillada. Pero no fue tonta, se fue orientando y se le venía por dentro al de Miraflores de la Sierra. Éste mostró muy buenas manera y su labor tuvo mucho mérito pues la vaca no era fácil, resultó exigente.

Por lo demás, algunos detalles. Torearon como tapias los navarros Pablo Hernández y Aaron Navas, la riojana Patricia Sacristán, el alavés Carlos y el guipuzcoano Ekaitz Moreno. El rejoneador Sergio Domínguez toreó varias vacas después de la actuación de los dos madrileños, y Manu Rodríguez, además de actuar de auxiliador, puso un par de pares con soltura y cuadrando en la cara.

En definitiva, fue un tentadero que satisfizo a todos: al ganadero, al matador de toros, al novillero y a los aficionados pamploneses, que presenciaron la tienta desde un remolque; así, los socios del tuarino; las socias, desde el palco, pura galantería.

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