¿DE QUÉ VA EL GOBIERNO DE NAVARRA? ARTÍCULO DE OPINIÓN

Tendidos de la centenaria plaza de toros de Tafalla, otra que puede ver afectado su aforo por el absurdo empeño de Interior del Gobierno de Navarra.

O no conoce el mundo taurino o se le ha ido la olla o hay por detrás una mano negra. ¿A qué viene ahora ese interés, casi obsesivo, porque nuestras viejas plazas de toros cumplan ese decreto de 1992, referente, entre otros temas, a la evacuación de estas instalaciones? ¿Por qué quiere reducir los aforos de nuestras plazas de toros justo treinta años después de la aprobación del citado decreto?

Algo huele mal. Vayamos por partes. El Decreto Foral 249/1992, de 29 de junio, es el que aprueba el reglamento de espectáculos taurinos, constando en el mismo las certificaciones requeridas en su artículo 2º, acreditativas de las condiciones que reúnen las instalaciones de la plaza de toros, enfermería y corrales.

En el caso de Estella, Interior ha autorizado la apertura de su plaza de toros, con una serie de condiciones, dadas por el análisis del informe realizado por el arquitecto de la Dirección General de Interior. Condiciones: señalar adecuadamente los asientos para garantizar la reserva de una fila para el paso, entre dos filas de asiento, para que las localidades tengan la dimensión suficiente de asiento y de paso; acreditar la ampliación de los pasos radiales de la plaza a la anchura mínima de 1 metro, antes de los festejos taurinos de las Fiestas Patronales del mes de agosto de 2022; acreditar la de realización un estudio de resistencias al fuego de los distintos materiales existentes en la Plaza, especialmente de los estructurales, antes de los festejos taurinos de las Fiestas Patronales del mes de agosto de 2022.

Con estas medidas la reducción del aforo sería inevitable. Y como bien indica el citado arquitecto en su informe, “el Reglamento de Espectáculos Taurinos, en su Disposición Transitoria Primera establece. ‘Los requisitos establecidos en este reglamento para las plazas de toros serán de aplicación a las de nueva construcción’ y añade ‘cuando la adaptación plena no fuera posible por motivos estructurales se podrán admitir soluciones diferentes cuando se justifique la imposibilidad de la adopción de las medidas establecidas…’.

En su informe el técnico hace una serie de consideraciones y propuestas a corto y medio plazo en relación con el decreto y, por ejemplo, propone utilizar la mitad de las filas, reservando una de cada dos a paso de personas en acceso y/o evacuación. Y afirma que debe quedar claro que no se trata de una solución definitiva por cuanto la notable reducción del aforo puede hacer inviable la celebración de ciertos festejos por falta de rentabilidad.

Este técnico sólo propone, no ordena. Por tanto, ¿dónde está el problema? Como se ha indicado, el propio reglamento obliga a las plazas de nueva construcción, no a las anteriores a 1992. Estella, Tafalla, Corella, Fitero tienen plazas centenarias. Las de Sangüesa, Cingruénigo, Peralta y Cascante son construcciones del siglo XX anteriores a los 90.

Todo parece indicar que la persona de Interior encargada de este tema se ha metido en un jardín por desconocimiento. El técnico indica claramente, además, que la reducción del aforo puede hacer inviable la feria por no ser rentable. Por otro lado, cuando algo funciona bien, por qué enredar para que, posiblemente, deje de hacerlo.

Esta corriente de reducir aforos de las plazas de toros puede deberse, en el peor de los casos, a una mano negra. Ésta no sería otra que Bildu, que decidió hace tiempo acabar con todo lo que sea toro o vaca brava y que para ello ha mantenido reuniones con tras organizaciones de corte podemita. ¡Qué curioso! Quien sigue dando cobertura moral a ETA –que firmó más de ochocientos asesinatos-, ahora quiere dar la imagen de trabajar por ese concepto europeo de bienestar animal. ¡Cuánto cinismo! Toros y vacas les importa lo más mínimo. Quieren acabar con los festejos taurinos por considerarlos españoles. Así de claro.

Tengamos el verano en paz. Las ferias deben celebrarse con normalidad. Ayuntamientos y empresarios pueden llegar a un compromiso con el Gobierno de Navarra para cumplir con las condiciones de evacuación de las plazas de toros. No hay que olvidar que durante treinta años han funcionado sin esa exigencia. El Gobierno de Navarra debe conceder los permisos de aperturas de las plazas sin esas exigencias. Como suele decirse, tengamos la fiesta en paz.

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