HERMOSO DE MENDOZA DA DOS VUELTAS AL RUEDO EN LA PLAZA DE LISBOA

Turronero hizo su presentación en los ruedos europeos

El torero navarro logró colgar el cartel de “no hay billetes” por quinto año consecutivo en este prestigioso coso

Tras su actuación el jueves por la noche en la mítica plaza lisboeta de Campo Pequenho, Hermoso de Mendoza fue claro: “Estoy muy agradecido al público de Lisboa, al cual admiro profundamente por su sensibilidad y por su cariño hacia mí. Asistir a una noche de toros en Campo Pequenho es como acudir a una ópera en la Scala de Milán o a un ballet en el Boltsoi de Moscú. Para mí es un orgullo poder protagonizar aquí noches como ésta”.

No era para menos tanto elogio. A pesar de celebrarse las semifinales de la Europa League, en las que jugaban tres equipos portugueses de fútbol, entre ellos el lisboeta Benfica, el caballero navarro consiguió colocar una vez más, y van cinco consecutivas, el cartel de “Esgotado” (no hay billetes) en la fachada de Campo Pequenho.

Además, antes de comenzar el festejo, tras el paseíllo, recibió el premio al Mejor Cavaleiro de la Temporada 2010 en el citado coso portugués. El jurado se decantó por el estellés entre otros dos finalistas: Antonio Ribeiro Telles y Diego Ventura.

Chenel volvió a protagonizar otra gran tarde en Campo Pequenho

En lo que al festejo propiamente dicho se refiere, el maestro del toreo a caballo, que lució un traje rondeño, hizo el paseíllo con el citado Ribeiro Telles y Joao Moura hijo, que salió a hombros. Torearon también los forçados de Coruche y Montemor. Todos ellos lidiaron un encierro de Passanha, de opuesta condición el lote del navarro.

Su primero tuvo mucha calidad. Lo recibió con Machado, que recortó con precisión los primeros envites del toro, ayudó en la buena colocación de dos farpas e intercaló toreo con la bandera con pasadas sin clavar. El toro mostraba buen tranco y gana de embestir, lo que posibilitó que, en banderillas, Chenel ofreciese un recital de toreo de costado y de remates por los adentros. Fueron cuatro banderillas que levantaron al público de sus  asientos y que dieron paso a la salida de Ícaro, con el que llegó un toreo en redondo, de mucha cercanía, que hizo vibrar a los tendidos. Tras el segundo palo con él, el navarro marchó al patio de caballos bajo una cálida ovación, que prologó dos vueltas al ruedo apoteósicas, la primera con los forçados de Coruche.

Tras esta lección de toreo a caballo, Hermoso acariciaba ya la puerta grande pero salió el quinto, cinqueño, y el panorama cambió radicalmente. El toro, haciendo honor a su nombre, Varado, apenas se movió, salvo para pegar arreones. En tal situación, lo más relevante fue el debut en los ruedos europeos de Turronero, que, pese a su juventud, dio la cara de salida en todo momento. En banderillas,  ni Manolete, que fue arrollado sin consecuencias, ni Pata Negra con sus piruetas, pudieron brillar. Fue el peor toro de la noche. El público así lo vio y, por ello, tributó al navarro una cerrada ovación, a la que correspondió el torero saludando desde el tercio.

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