AROMA ANDALUZ BAJO LA LLUVIA EN EL BOLSÍN TAURINO DE CASCANTE

De izda. a dcha., Juan de María, Miguel Ángel Pacheco, Carlos Sánchez, Víctor Hernández, Adrián Henche y David Grau.

De izda. a dcha., Juan de María, Miguel Ángel Pacheco, Carlos Sánchez, Víctor Hernández, Adrián Henche y David Grau.

Los gaditanos De María y Pacheco tuvieron una actuación destacada frente al ganado de Macua.

La lluvia fue ayer la protagonista no invitada en la segunda y última eliminatoria del I Encuentro de Novilleros Ciudad de Cascante. En el ruedo se dieron cita seis aspirantes a la semifinal, llegados desde diversos puntos de España, becerristas que lidiaron otras tantas vacas navarras de Herederos de Ángel Macua, que ofrecieron un juego variado.

De la media docena de becerristas, los dos gaditanos, Juan de María y Miguel Ángel Pacheco fueron los más destacados. El primero abrió la mañana ante una buena vaca, noble pero no tonta, que embistió con fijeza. El de El Puerto de Santa María la toreó a placer en los medios, con buen estilo, por ambos pitones en una faena tan templada como larga.

Por su parte, Pacheco se encontró con una añoja, la cuarta, muy corretona de salida, que sólo buscó una salida. Por ello, el de La Línea de la Concepción sólo pudo saludarle con dos verónicas sueltas, pero de fino corte. El mérito del gaditano consistió en meterla en la muleta. Así, la toreó por ambos lados, con mejores argumentos por derechazos, en otro trasteo largo, con series bien rematadas.

Gustó también el desparpajo, la soltura de Víctor Hernández, que recibió a la sexta y última vaca con dos largas cambiadas junto a tablas. El de Guadalajara, sin embargo, tras un comienzo pinturero de faena, se encontró en la muleta con un ejemplar complicado, que tan pronto tomaba bien el engaño como buscaba sólo el bulto. Con magnífica disposición y variado, estuvo por encima de la materia prima, aunque el lucimiento fue escaso.

Como también estuvo por encima de la tercera añoja su paisano Adrián Henche, que se las vio con un ejemplar al que le faltó humillar y que acabó en tablas. En estos terrenos, firme y sereno, le sacó todos los muletazos posibles, a base de tesón, de mucha insistencia.

David Grau, por su parte, estuvo voluntarioso y falto de dominio ante una vaca, la segunda, complicada, que reponía mucho. Pese a ello, el zaragozano dibujó buenos muletazos con la diestra en un trasteo en el que se fue poco a poco entonando.

Y derrochó asimismo voluntad Carlos Sánchez, ante la quinta añoja, a la que faltó humillar y que se coló continuamente. Al madrileño se le vio buena disposición pero no llegó a dominarla.

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