UNA INTERESANTE NOVILLADA DE CEBADA CERRÓ LA FERIA DE PERALTA

Derechazo de Alejandro Marcos a uno de sus Cebada Gago. Fotografía: Isabel Virumbrales.

Derechazo de Alejandro Marcos a uno de sus Cebada Gago. Fotografía: Isabel Virumbrales.

Los tres novilleros se fueron de vacío por fallar con los aceros.

Ganado: seis utreros de Cebada Gago, bien presentados, astifinos y de interesante juego.

Novilleros: Tomás Angulo (silencio y saludos tras aviso), Alejandro Marcos (silencio tras aviso y saludos desde el tercio) y Amor Rodríguez (silencio tras aviso y silencio).

Presidencia: Carlos de Miguel, asesorado por Félix Castillo en materia artística y Román Elorz en el aspecto veterinario. Cumplió correctamente su cometido.

Incidencias: se registraron casi tres cuartos de entrada. Tarde agradable. Durante las faenas de quinto y sexto Tomás Angulo desatendió sus funciones de director de lidia y se acomodó en el burladero de prensa.

Ayer se lidió una interesante novillada de Cebada Gago en la que los tres novilleros hubieran tocado pelo de no ser por su fallo con los aceros. El mejor lote se lo llevó Amor Rodríguez aunque no logró estar a la altura.

Tomás Angulo recibió al primero de la tarde a la verónica con el compás abierto. Galleó por chicuelinas para dejarlo en el caballo, donde ‘Escribiente’ recibió una vara trasera. En banderillas se desplazó bien ante el capote, mecido con mimo, de Francisco Charro. Tras brindar al público, Ángulo se fue a los medios, citó de largo y lo llevó a media altura. Muletazos de uno en uno, buscando la colocación y dejando que el blandito Cebada recuperase. El novillo echaba la cara arriba y Angulo no mandó, acabó por los aires sin consecuencias. Volvió a la cara para torear al natural, acortó las distancias y estuvo despegado. El novillo dobló de pinchazo y estocada entera.

Angulo recibió al segundo de su lote llevando el capotazo dado; pegaba el lance y después iba el toro. El picador puso todo de su parte en el encuentro, tanto que obvió la raya de picar. Sitio y medios pases fueron la fórmula con la que Angulo inició una faena en la que poco a poco se fue confiando. Al natural asentó las zapatillas, se colocó buscando el pitón contrario y firmó una bonita tanda. Intentó varios circulares genuflexos mirando al tendido, ayudados por alto antes de perfilarse para la suerte suprema. Pinchó en el primer intento y en los dos siguientes antes de dejar una estocada entera.

Alejandro Marcos estuvo templado toreando con el capote. Ya en la muleta, tras un breve encuentro con el caballo, pedía que le bajasen la mano, no lo hizo. La mejor era por el pitón izquierdo, por el que el charro firmó algún muletazo encajado. Falló a espadas.

En el quinto inició la faena con mucha verticalidad. No acabó de poder a un interesante Cebada al que había que hacerle las cosas muy bien. Hubo muchos enganchones por ambos pitones. Mató a la segunda.

Amor Rodríguez no lo vio claro con el capote en el tercero de la tarde que no destacó en el caballo. Rodríguez dejó intuir que tiene asimilada la técnica pero no llegó al graderío. Toreó de uno en uno sin bajar la mano. Por el izquierdo el de Cebada pegaba tornillazos, quizás porque necesitaba más distancia. También marró con los aceros.

En el sexto el madrileño se mostró abúlico con el capote. Un picotazo rectificado fue el resultado con el que se saldó el encuentro de ‘Andante’ con el caballo. Con cuatro doblones se lo sacó a los medios. Se enfrontiló e intentó el toreo. Por el pitón derecho se colocó bien, presentó la muleta y corrió la mano. Intentó imprimir algo de temple al natural, incluso quiso pulsear en alguna ocasión. Pero lo cierto es que no acabó de acoplarse con el noble Cebada. Volvió a fallar con el estoque.

Información de Isabel Virumbrales para Diario de Navarra.

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