UN TORO DE RETA, APLAUDIDO EN EL ARRASTRE Y OTROS TRES CONDENADOS A BANDERILLAS NEGRAS EN CERET

Salvo una excepción,, los toros mostraron mansedumbre en el caballo.

No se cortaron trofeos y Sánchez Vara dio la única vuelta al ruedo de la tarde. Fotografías: Muriel Haaz.

Ganado: Seis toros de Reta de Casta Navarra, una corrida de toros de seis años adelantados, seria, con kilos, mansa y muy dura, entre peligrosa e imposible, con tres astados condenados a banderillas negras.

Toreros: Sánchez Vara (gran ovación y vuelta al ruedo), Octavio Chacón (ovación en ambos) y Miguel Ángel Pacheco (ovación en ambos).

Lugar y fecha: Plaza de toros de Ceret. 17 de julio de 2021.

Incidencias: Lleno dentro del aforo permitido. Primera de feria y primera corrida de toros del ganadero navarro.

Una corrida de Reta de lidia decimonónica sobre las piernas, con mucha aspereza, enormes dificultades, mansedumbre, listeza…, con tres toros condenados a banderillas negras, sembró el pánico a veces en el tendido de Ceret -el tercero le arrancó el chaleco en una fea cogida a un banderillero de Pacheco y el sexto zarandeó a éste torero violentamente- en un encierro de más de seis años que tuvo enfrente a tres matadores y tres cuadrillas completas a pie y a caballo con un pundonor enorme dando la cara toda la tarde. Una merecidísima vuelta al ruedo dio Sánchez Vara ante el imponente y complicado cuarto, del que hubiera cortado una oreja de no ser por la espada, siendo el triunfador moral de un festejo en el que Octavio Chacón se mostró muy valiente y en el que Pacheco, que también fue ovacionado, dio un gran volapié al sexto.

Al público le gustó este espectáculo y no salió defraudado porque venía a ver esta lidia a la antigua, en la que cabe destacar también la pericia de la cuadra de Bonijol, cuyos caballos literalmente permitieron a los picadores perseguir al toro, trotando casi para conseguir picar a unos toros que regateaban y huían de las cabalgaduras. Hay que respetar el sueño de Miguel Reta, pero lo que se vio salir hoy en la plaza parece un viaje sin retorno, es decir, la Casta Navarra pasó a la Historia hace un siglo porque era impropia del espectáculo moderno que empezaba a nacer. Y ahora, un siglo después, se ve impropia para la tauromaquia actual. ¿Se puede lidiar…? De acuerdo a lo visto hoy, no se sabe si muchos toreros estarán dispuestos a repetir el intento, porque hay que pensar qué pasará en su cabeza cuando mañana se pongan delante de otro toro que sea bueno. Puede que piensen en un gesto feo que les recuerde a esta corrida decimonónica…

PRIMER TORO

El primero fue un toro manso huidizo que nunca humilló y nunca obedeció a los capotes, no pasó. El tercio de varas fue una odisea para los picadores, que lo persiguieron por todo el ruedo sin conseguir que empujara ni una vez, luego lo cazaron al paso. Lo mismo fue en banderillas: muy complicado para la cuadrilla, que tuvo mucho mérito en dejarhasta dos pares de banderillas negras, mandado por la presidencia.

En la faena de muleta, el toro sin pasar ni dejar pasar nunca. Sánchez Vara lo probó en una lidia sobre las piernas, le puso la muleta por delante y tuvo la osadía de ponerle la muleta por la mano izquierda, donde el toro quizás se cruzaba algo menos. Así, sobre las piernas, logró arrancar un par de tandas de inmenso mérito con colada incluida. Al segundo intento, el torero metió el brazo para pasaportarlo con el toro cruzándose y apuntando al bulto. Tuvo que usar el descabello. Gran ovación del público, que estuvo muy entregado con el torero porque el mérito que tuvo fue más que obvio. Silencio para el toro en el arrastre.

SEGUNDO TORO

Sin entregarse más que el primero, el segundo por lo menos tuvo más coherencia en el comportamiento obedeciendo más o menos a los toques y se dejó picar. El picador fue al centro en una primera vara bajo la presidencia. Empujó algo el toro, la segunda el toro pegado a chiqueros y la tercera también en chiqueros. Sin empujar mucho, tuvo un comportamiento más normal. Para recibir al toro, Chacón lidió sobre las piernas y tuvo menos problemas que Sánchez Vara. Vara lidió en plan decimonónico, y Chacón ya pudo pegar pases con el capote en unos modales más contemporáneos, sin poder parar los pies, por razones obvias.

Gran tercio de banderillas por parte de la cuadrilla, llamados a saludar. Banderillearon en tercio de tablas con mucho mérito. Brindó la faena Octavio Chacón, pero no hubo ninguna posibilidad. El toro se refugió en el terreno de chiqueros pegado a tablas y al hilo de las tablas consiguió Chacón un par de doblones de buena composición a favor de tablas, pero nada más. Luego para matarlo el toro fue complicadísimo con el toro refugiándose, renegando y cruzándose. Algunos pitos en el arrastre para el toro. Y Palmas para Chacón.

TERCER TORO

El tercero amagó a embestir en el capote de Miguel Ángel más, rematando y tirando cornadas por el aire. Otra vez el tercio de varas fue Pacheco, que pudo darle dos lances muy jaleados por el público, pero fue un espejismo, porque enseguida recapacitó el toro, de seis años pasados, y no admitió ningún capotazo rutinario y gracias a la movilidad y a la buena doma de la cuadra Bonijol, los picadores consiguieron cazar al toro por toros los terrenos de la pequeña plaza, que no fue fácil en banderillas. Otra vez mucho peligro, banderillas negras, por supuesto, y justo antes de poner el primer el par, el toro saliendo del caballo atropelló a un banderillero sin daño afortunadamente, arrancándole el chaleco y tirándolo al suelo. La cuadrilla se vio muy comprometida en ese tercio. Esta corrida nos hace retrotraernos a la fuente del heroísmo de donde surge la tauromaquia del Siglo XVIII.

Este tercero fue otro demonio que se lo hizo pasar muy mal a Pacheco, que como sus compañeros, dio la cara como toda la cuadrilla, y los dos maestros maestros con él en el ruedo consiguió meter la mano al segundo intento que no surgió efecto, pero el mérito del torero, de los tres toreros y de las cuadrillas, es digno de destacar. Finalmente remató de un golpe de descabello y fue muy ovacionado. El público muy metido en la corrida, apoyando a los toreros.

CUARTO TORO

El cuarto toro fue el más serio de la corrida, con seis años también, y alto y potente, que permitió a Sánchez Vara asentar los pies y pegarle dos lances y y una media con rodilla genuflexa que levantó clamores. Luego el toro fue al caballo con mucha potencia, derribó en la primera vara y luego hubo una sucesión de encuentros con este gran caballo Ilis, que permitió levantó clamores en la dura afición torista de Ceret. Fue muy aplaudido el picador. Pero en banderillas ya se complicó la cosa, con el toro reservándose y pensándoselo mucho.

Con su muy conocido oficio y pundonor, Sánchez Vara consiguió meter en la muleta a este enorme toro ‘navarro’, complicado. A su altura primero en tres tandas por la derecha, y así consiguió lo que pareció ser un milagro, que humillara en un par de muletazos. Obviamente, el toro se defendió muy pronto e imposibilitó pasar al torero a la hora de matar. Pinchó dos veces antes dejar una espada suficiente para que se echara el toro, que fue aplaudido al arrastre por el recuerdo del tercio de varas. De haber matado pronto, hubiera cortado una oreja. Lo llamaron a saludar una enorme ovación muy fuerte y le invitaron a dar una vuelta al ruedo más que merecida.

QUINTO TORO

El quinto fue otro toro muy complicado que embistió y empujó muy bien en una primera vara a cargo de Espartaco y después ya no lo engañaron más. Darle más puyazos fue toda una odisea y sólo se pudo conseguir después de sus regates, gracias a la cuadra Bonijol cuyos caballos permitieron a los picadores perseguir al toro, trotando casi. El toro también fue condenado a banderillas negras de una en una con una presidencia que sabe contarlas, y no perdonó ni una a los hombres de a pie, que lo pasaron fatal porque el toro fue toda una prenda, cortando, persiguiendo y regateando capotes.

Brindó Chacón este toro a sus compañeros de fatigas, quién sabe si diciéndoles que ojalá no haya muchas tardes así. Otra prenda fue este quinto, que no le dio ninguna opción aOctavio Chacón, que lo intento pero el toro se refugió en tablas sin pasar, muy listo, muy avispado y muy peligroso. Consiguió meter la espada al tercer intento y el toro cayó casi fulminado después de recorrer diez metros. El público aplaudió el esfuerzo porque el miedo sobrevoló ese encuentro con el quinto.

SEXTO TORO

El sexto, cornipaso, amagó a embestir bien el capote, hasta planeó en un par de lances de Miguel Ángel Pacheco y empujó bien también en varas al principio. Le dieron muchos muletazos en banderillas y el toro se defendió muy pronto pero se vislumbraba alguna posibilidad de darle muletazos. Lo intentó Pacheco pero en cuanto se quiso quedar quieto para darle un pase de pecho, el toro lo cogió, lo zarandeó, lo tiró al suelo, lo pisoteó afortunadamente sin consecuencias. Luego tras cuadrarlo con dificultades en tablas y chiqueros, el torero dejó una gran estocada en todo lo alto aunque tuvo que emplear el descabello. Ovación.

Crónica de André Viard, publicada en Mundotoro. Fotografías: Muriel Haaz.

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