UN TENTADERO EN LA FINCA DE PABLO HERMOSO PUSO FIN AL CURSO DE TOREO

El buen juego del ganado permitió que toreasen todos los alumnos.

El buen juego del ganado permitió que toreasen todos los alumnos.

Los cuarenta alumnos midieron sus conocimientos ante cinco becerras, de extraordinaria calidad.

Los cuarenta alumnos que, desde el viernes, han participado en el curso de toreo se desplazaron el domingo pasado hasta tierras estellesas, a la finca Noveleta, propiedad de Pablo Hermoso de Mendoza, para recibir la última clase, la más importante, una lección práctica de toreo ante ganado del rejoneador navarro, de procedencia Daniel Ruiz.

Las intensas lluvias caídas impidieron que el tentadero se celebrase en la plaza de tientas de Noveleta. Por ello, se tuvo que llevar a cabo en el moderno picadero cubierto del torero estellés. Se lidiaron cinco becerras de su hierro, cuatro de ellas de extraordinaria calidad, lo que permitió que todos los alumnos les pudiesen pegar muletazos, siempre bajo la dirección de lidia del matador de toros sevillano Eduardo Dávila Miura, director del curso junto con Rafael Peralta, hijo del rejoneador del mismo nombre.

La calidad del ganado animó, incluso, a Guillermo Hermoso de Mendoza, hijo del maestro, ejecutó un par de series ante dos de ellas.

El curso organizado por el Club de Aficionados Prácticos concluyó con una comida de hermandad en el patio de caballos de Noveleta y con la entrega a los alumnos del diploma oficial de “aficionado práctico taurino” de la Fundación Europea del Toro y su Cultura.

Pese al mal tiempo reinante, Dávila Miura consideró ayer que el curso había sido un éxito, por lo que aseguró que la experiencia volverá a repetirse en Pamplona el año que viene.

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