UN PALCO MUY GENEROSO PROPICIA EL TRIUNFO GRANDE DE LOS 3 DIESTROS

Con esta buena estocada acabó Uceda Leal con el cuarto de la tarde.

Juan del Álamo fue el más destacado por el gusto que mostró. El banderillero Venturita sufrió una cornada en un muslo y fue trasladado al hospital.

Ganado: Seis toros de Marqués de Quintanar, el tercero en calidad de sobrero, correctos de presentación, astifinos, nobles en conjunto pero faltos de fuerza.

Toreros: Uceda Leal (silencio y dos orejas), Juan del Álamo (dos orejas y oreja) e Imanol Sánchez (cuatro orejas).

Lugar y fecha: Plaza de toros de Tudela (Navarra). 14 de agosto de 2021.

Presidencia: a cargo de Verónica Gormedino, se mostró exageradamente generosa en la concesión de trofeos; por lo demás, correcta.

Incidencias: Tarde soleada y muy calurosa. Setecientas personas, de un máximo de ochocientas de aforo permitido. Los tres matadores de toros abandonaron la plaza a pie. Al lidiar al tercero en el tercio de banderillas, Venturita sufrió una cornada en la parte posterior del muslo derecho y fue trasladado al hospital Reina Sofía de Tudela.

Ni los más viejos del lugar recordaban un palco tan generoso, incluso en Tudela, plaza donde nunca ha temblado el pulso a la hora de conceder trofeos. La presidenta debió confundir el festejo con un festival y acabar con agujetas en un brazo de tanto sacar pañuelos blancos. Concedió nada menos que nueve de las doce orejas posibles. Ahí queda eso.

Palco aparte, quien mejor imagen dejó en la capital ribera fue Juan del Álamo. El segundo, justo de presencia, embistió con dulce nobleza en el último tercio. El diestro lo entendió a la perfección y realizó una interesante faena, más sustentada en el pitón izquierdo. Los naturales, de calidad, se sucedieron en series rematadas con trincherazos cargados de gusto. Mató de media estocada en buen sitio y cobró las dos orejas.

Ante el quinto, un toro cuajado, con kilos, pero escaso de fuerza, fue confeccionando una faena robando primero muletazos de uno en uno y después, tirando mucho del toro, con un toreo al natural fino y templado, que conectó con el público. Mató de una estocada y cobró una oreja.

Por cantidad de trofeos, el palco hizo triunfador a Imanol Sánchez, que fue un derroche de voluntad. Ante el tercero bis, un castaño muy bien presentado y astifino, que mostró genio, el aragonés, poco rodado, no terminó de acoplarse, de hacerse con la embestida. Pero se tiró a matar y resultó prendido por el toro, por fortuna sin más consecuencias. El episodio impresionó al público y, al parecer, sobre todo al palco, y el premio, que tenía que haber sido de un trofeo, se convirtió en dos.

Ante el sexto, se lució con los rehiletes, sobre todo en un par al violín. En el último tercio, se encontró un toro muy parado. Sánchez le dio tiempos y, algo despegado, aguantó los gañafones de un ejemplar que no dejó de defenderse. Realizó una faena larga, que no transmitió. Lo mejor fue la estocada, de la que rodó el toro sin puntilla. Labor de una oreja, que fue premiada por el palco con las dos. En cualquier caso, tarde redonda del zaragozano, saldada con el corte de las cuatro orejas de su lote.

Por último, el más veterano de la terna, se encontró en primer lugar con un toro que rozó la invalidez, ante el que tuvo que realizar labor de enfermero y torear a media altura. Mató de un pinchazo, media y un descabello, y el público guardó silencio.

Al cuarto, un ejemplar escaso de fuerzas, le realizó una faena tirando de oficio, gustándose por momentos, como si estuviese tentando, cruzándose y toreando despacio, pero sin llegar al público. Pero, como mató de una buena estocada, la presidencia le concedió las dos orejas, cuando con una bastaba. Tal vez por ese exceso, prefirió abandonar la plaza a pie, y sus compañeros de cartel le siguieron.

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