UN GANADERO VINCULADO A PAMPLONA, QUE LIDIÓ TRES AÑOS EN LA FERIA DEL TORO

Los socios de Club Taurino de Pamplona con su presidente, Ignacio Usechi, y el ganadero en el centro el 5 de diciembre de 2002 en la finca Lo Álvaro

El sector taurino de Navarra lo define como un hombre educado que se dedicó a la mejora del toro de lidia

Juan Pedro Domecq Solís estaba muy vinculado a Pamplona, por parte materna. La familia veraneó durante muchos años en la capital navarra. Prueba de ello, es que dos de los diez hermanos Domecq Solís nacieron en Pamplona; concretamente, Micaela y Borja, titular del hierro de Jandilla. Además, otra hermana, Matilde, está casada con el pamplonés José Ramón Bujanda, ingeniero de profesión.

La noticia del fallecimiento del famoso ganadero causó impacto ayer en el sector taurino de Navarra. “Fue un dignísimo sucesor de su padre, Juan Pedro Domecq y Díez”, aseveró José María Marco, presidente de la comisión taurina de la Casa de Misericordia. “Vivió preocupado por la investigación, por un toro más acorde para la lidia. Y no hay que olvidar que muchas de las ganaderías actuales tienen su semilla. En el plano humano, era un hombre educado, entrañable, entregado a su profesión”, concluyó Marco.

En el mismo sentido se manifestó Ignacio Usechi, quien fue presidente del Club Taurino de Pamplona durante trece años. “La entidad visitó su finca “Lo Álvaro” en dos ocasiones, la segunda siendo yo presidente, el 5 de diciembre de 2002. Recuerdo que nos recibió estupendamente pese a la prisa que tenía, pues un par de horas después debía acudir a Sevilla, a la boda del diestro Eduardo Dávila Miura. Era una persona educada, tanto como su tío Álvaro Domecq. Era un estudioso del toro, lo vivía al máximo y buscaba mejorar la raza de lidia. De hecho, ofreció una conferencia el 23 de enero de 1987 en el club taurino, que fue una auténtica lección sobre el toro bravo”, aseguró Usechi.

Por último, otro navarro que le conoció fue el matador de toros navarro Francisco Marco. “He estado en su casa, en Lo Álvaro, dos veces. La primera fui con el Club Taurino de Pamplona y la segunda, solo. Iba a intervenir en un tentadero que se tuvo que suspender por el fuerte viento que soplaba. En ambas ocasiones, me recibió de maravilla. Era un hombre agradable, cordial y muy culto, el padre de muchas ganaderías actuales. Sus toros siguen siendo unos de los preferidos por las máximas figuras del toreo, y esto por algo será, por el trabajo de quien era uno de los más importantes criadores de bravo de España”, explicó el diestro estellés.

Lustre a la Feria del Toro

Juan Pedro Domecq Solís era el heredero de la ganadería que fundó su abuelo Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio en 1939 al comprar la ya mítica de Veragua. Después, pasó a su hijo Juan Pedro Domecq y Díez, y a su muerte, en 1975, pasó a su esposa e hijos; tres años después, se hizo cargo de la vacada el ayer fallecido, que lidió tres años en la Feria del Toro; concretamente, en 2003, 2004 y 2005.

Sin embargo, el hierro de Juan Pedro Domecq es uno de los más emblemáticos en Pamplona, el décimo que más ha lidiado en la capital navarra. Desde el año de su debut, en 1939, ha estado presente en 18 ferias y se han lidiado con este hierro nada menos que 113 toros.

En 1969 y 1970, sobre dos juampedros, Madrileño y Delirio respectivamente, recayó el trofeo Carriquiri al toro más bravo. Además,  en esos dos años y en el siguiente, 1971, conquistó el premio Feria del Toro a la mejor corrida del ciclo.

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