Hermoso clava un par a dos manos sobre ‘Pirata’ en la plaza mexicana de San Miguel Allende.
Consiguió las cuatro orejas de su lote, dos colaboradores toros de Celia Barbabosa.
Ganado: Dos toros, segundo y quinto, y cuatro novillos, todos para rejones, de Celia Barbabosa, manejables en conjunto.
Rejoneadores: Alejandro Zendejas (silencio y dos orejas), Pablo Hermoso de Mendoza (cuatro orejas) y Rodolfo Bello (oreja y silencio).
Lugar y fecha: Plaza de toros Oriente en San Miguel Allende, estado de Guanajuato (México). 1 de marzo.
Incidencias: Tres cuartos de plaza. Los Forcados de Querétaro realizaron pegas espectaculares. El caballero navarro y Zendejas salieron a hombros.
Pablo Hermoso de Mendoza toreó en su casa mexicana el sábado pasado y no desaprovechó la ocasión; todo lo contrario: satisfizo a todos los asistentes y consiguió un triunfo redondo de cuatro orejas en San Miguel Allende, un coso para tres mil personas, construido hace más de trescientos años, considerado de los más antiguos de América Latina y calificado de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Se aseguró la salida a hombros con su primero, un buen toro con el que brilló Disparate, que aprovechó de principio a fin la bravura del cuatreño y lo llevó cosido a su cola galopando de costado y levantando al público de su asiento al ejecutar la vistosa hermosina. Esta magnífica labor tuvo su continuidad con Viriato, que llevó al toro galopando hacia atrás, sin perderle la vista, y enroscándose en mínimas distancias. Cerró el trasteo sobre Pirata, con una rueda de cortas, diversos desplantes y un rejonazo, que posibilitó la concesión del doble trofeo.
Idéntico triunfo obtuvo del quinto, un toro enrazado al que paró con Quijote, uno de sus nuevos caballos, hijo de Gallo. Seguidamente, el caballero navarro completó un gran tercio de banderillas, primero con el templado toreo de costado de Manolete, con el que clavó de poder a poder, y después con Habanero, que puso la plaza al rojo vivo con media docena de ágiles piruetas en el centro del ruedo. Tras la actuación de los Forcados de Querétaro, el toro se vino más arriba todavía y el jinete estellés, ya sobre Pirata, tuvo que dejar las cortas ante un ejemplar que no dejaba de galopar. El rejoneador concluyó su labor con un rejón casi entero, que prologó una aclamadísima salida a hombros.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX