El festejo se celebró por Esteban Quijada “Ferre”, que quedó tetraplégijco en un encierro de Daganzo
Roberto Armendáriz comenzó el pasado sábado con buen pie su décima temporada como rejoneador. Lo hizo en la plaza de Brihuega, en Guadalajara, donde se celebró un festival a beneficio de Esteban Quijada “Ferre”, joven que quedó tetrapléjico en uno de los encierros de Daganzo de este año.
El caballero de Noain fue el encargado de abrir plaza. Le correspondió un utrero de Corbacho Grande, que resultó algo parado y, por ello, dificultó la continuidad de las suertes. Lo recibió montado sobre Linchú, caballo con el que dejó dos reunidos rejones de castigo. Después, en cuatro banderillas, se lució con las precisas batidas de Prometido y con las espectaculares piruetas de Zamorino.
Para el tercio final, optó por la veteranía de Polvorilla, que conectó rápidamente con los tendidos. Con él, el navarro clavó tres cortas sin respiro y terminó con un rejonazo. Pero el aquerenciado toro no dobló, por lo que el jinete, para abreviar, decidió echar pie a tierra y descabellar, cosa que hizo al primer intento, lo que le permitió cobrar una justa oreja, el primer trofeo de su temporada.
Armendáriz hizo el paseíllo con los matadores de toros Miguel Abellán (silencio), Iván Fandiño (dos orejas), Alberto Aguilar (una oreja), Miguel Ángel Delgado (silencio), Miguel Tendero (una oreja) y los novilleros Ángel Giménez (silencio) y Juan Millán (una oreja).
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX