PABLO HERMOSO VUELVE A TRIUNFAR EN EL CARNAVAL DE MAZATLÁN

El mano a mano de Mazatlán se saldó con la salida a hombros de los dos rejoneadores. Fotografía: pablohermoso.net

El mano a mano de Mazatlán se saldó con la salida a hombros de los dos rejoneadores. Fotografía: pablohermoso.net

Consiguió las dos orejas del primer de su lote y, ante una plaza llena, compartió salida a hombros con el también rejoneador Horacio Casas.

Ganado: Cuatro toros del hierro de Marrón, mejores primero, premiado con arrastre lento, y cuarto.

Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y silencio) y Horacio Casas (silencio y dos orejas).

Lugar y fecha: Plaza Eduardo Funtanet de Mazatlán, estado de Sinaloa (México). 26 de febrero.

Incidencias: Lleno. Corrida tradicional de carnaval. Pegaron los Forcados de Mazatlán. Los dos rejoneadores salieron a hombros.

Pablo Hermoso de Mendoza volvió a realizar el paseíllo en la sinaolense plaza de toros de Mazatlán, bautizada precisamente con el nombre de un rejoneador, el malogrado Eduardo Funtanet. Lugar de vacaciones y playa de muchos aficionados norteamericanos, esta cita del carnaval para el estellés es ya de las fijas y un lleno en los tendidos suele ser tónica común. Esta era la decimoquinta presentación del jinete en este coso y consiguió la que fue su duodécima puerta grande.

La aseguró con su primero, un gran toro de Marrón que nunca se cansó de embestir, muy bravo y con muy buena condición. El caballero navarro confeccionó una memorable faena con Alquimista de salida, con el toreo de costado de Januca y las piruetas al límite de Dalí en banderillas y con la decisión de Camrona, con el que mató de un rejonazo hasta la bola, que fue el colofón preciso y precioso para una gran faena, premiada con las dos orejas para el torero y la vuelta al ruedo para el buen Vigilante. Triunfal vuelta al ruedo final con el navarro con las dos orejas del toro y, a su vera, el ganadero Pepe Marrón y el cabo de los forcados locales.

Menos mal que Hermoso de Mendoza hizo las tareas en su primero, porque su segundo, el tercero, no puso nada de su parte y, siempre agarrado al suelo, impidió el lucimiento de caballos y montado. Solo algún detalle de Disparate en la única carrera que el toro tuvo y la última pirueta de Donatelli, muy ajustada. Todo lo demás desde Funchal hasta Manizales fue una labor esforzada de los caballos, pero con nula respuesta del astado.

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