Hermoso recibió en Ciudad del Carmen a uno de sus toros con ‘Palomo’.
El caballero navarro se presentó en esta localidad mexicana, en una plaza a quinientos metros del mar.
Ganado: Cuatro toros de Golondrinas, de juego desigual, y dos para rejones, tercero y quinto, de Refugio Peña, que resultaron colaboradores.
Toreros: Lupita López (silencio tras aviso y ovación), Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y rabo y silencio tras aviso) y Carlos López (ovación tras aviso y saludos).
Lugar y fecha: Plaza portátil en Ciudad del Carmen, estado de Campeche (México). 7 de marzo.
Incidencias: Tres cuartos de plaza. El caballero navarro se presentó en esta localidad mexicana y salió a hombros en solitario. Carlos López tomó la alternativa.
Pablo Hermoso de Mendoza se presentó el viernes pasado en la localidad mexicana de Ciudad del Carmen y lo hizo en una plaza instalada en la playa, a escasos quinientos metros del mar.
Además de actuar de testigo en la ceremonia de alternativa de Carlos López, el caballero navarro debutó con magnífico pie, ya que logró cortar un rabo del primero de su lote, un toro de buena condición y de mucha movilidad de Refugio Peña. Ante él, los caballos actuantes pudieron ofrecer lo mejor de su repertorio. De salida, Napoleón fue el encargado de templar sus primeras acometidas en dos rejones de castigo de perfecta ejecución. En banderillas, Disparate y Viriato armaron un taco monumental, cada uno con su estilo, en todo un repertorio de suertes del mejor toreo a caballo. La locura en los tendidos continuó con Pirata en el ruedo y la colocación de tres cortas, la última al hilo de tablas, y diversos desplantes. El júbilo estalló cuando el estellés enterró el rejón de muerte. Petición de los máximos trofeos, admitida por el presidente.
El segundo del torero navarro, del mismo hierro que el anterior, fue algo más tardo en la embestida pero también colaboró al lucimiento. Tras una buena actuación de Palomo de salida, de Manolete y Dalí en banderillas, y de Pirata en el último tercio, lo malo fue que al rejoneador, tras un pinchazo y un rejón letal, se le atragantó el descabello, lo que cerró toda posibilidad de concesión de trofeos y dio tiempo a que sonara un aviso. Pese a ello, media hora después, Hermoso salió a hombros en loor de multitudes.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX