PABLO HERMOSO DE MENDOZA, CON LA SUERTE DE ESPALDAS EN LOGROÑO

Hermoso, con 'Disparate', hizo vibrar a la afición riojana.

Hermoso, con ‘Disparate’, hizo vibrar a la afición riojana.

Cuando hacía vibrar al público con la hermosina, el cuarto toro se derrumbó al lesionarse una mano y el navarro se vio obligado a abreviar.

Ganado: Seis toros de Luis Terrón, desiguales de presentación y de buen juego en general, destacando el segundo, el tercero y el sexto; sin empuje el primero y el quinto, y lesionado el cuarto.

Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (silencio en ambos), Sergio Domínguez (silencio y ovación) y Leonardo Hernández (oreja y dos orejas).

Lugar y fecha: plaza de toros de La Ribera (Logroño). 22 de septiembre.

Incidencias: Tres cuartos de plaza. Tarde calurosa. Tercera de feria. Hernández salió a hombros.

Cuando se habla de rejoneo y de Pablo Hermoso de Mendoza, todo hace pensar en un triunfo casi seguro. Pero como en el mundo del toro dos más dos no siempre son cuatro, ayer, en Logroño sucedió lo contrario y el caballero navarro abandonó la plaza a pie y después de que sus dos intervenciones terminaran recibiendo el silencio del público.

El que abrió plaza fue un toro noble, soso, aplomado y falto de empuje, de escasa transmisión, y con cierto peligro sordo. El jinete lo recibió con Napoleón y con él clavó un rejón de castigo, al que el astado respondió encelado tras la grupa. Después, puso un segundo de castigo con acierto. Abrió el tercio de banderillas a lomos de Manolete, con el que citó muy de frente, ajustó al máximo los embroques y se lució toreando de costado. Seguidamente, sacó a Viriato, con el que pisó, en un frente a frente, los terrenos del toro, un ejemplar que ya no colaboraba apenas; pese a ello, conectó con los tendidos. Para el tercio final, sacó a Pirata, con el que clavó las cortas e hizo disfrutar al público. Pero mató de un rejón suelto, que el toro escupió enseguida, de un pinchazo hondo y, ya pie a tierra, de un certero descabello, que no impidió que los tendidos guardasen respetuoso silencio.

El cuarto de la tarde tuvo buena condición, calidad pero… Lo recibió sobre Churumay, con el que lo castigó con un rejón. Vista la clase del toro, el maestro estellés, en banderillas, optó por Disparate. Comenzó galopando de costado y llevando muy pegado al buen toro, que galopaba con buen son y embebido en la cola del caballo. Tras la primera banderilla, comenzó el recital de cambios con la grupa, la llamativa hermosina. Con ella puso la plaza al rojo vivo y los tendidos de sol, en pie, acompañaron los movimientos del caballo y los cambios del toro al tranco. Comenzaba la fiesta y todos se las prometían muy felices… hasta que en la segunda banderilla el toro cayó al piso y se lastimó una mano. Ahí se acabó todo. El público ya no quería ese toro e increpó cualquier intento del navarro de hacer algo nuevo. Con Pirata intentó colocar un par a dos manos pero, al cuadrar, el toro se volvió a derrumbar y ya Hermoso se vio obligado a abreviar, cosa que hizo de un certero rejonazo. De nuevo, silencio para el caballero navarro y pitos al toro y a la presidencia.

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