PABLO HERMOSO CORTA UN RABO EN LA PLAZA MÉXICO Y YA VAN CUATRO

Hermoso pasea en triunfo en la Monumental de México el rabo logrado, el cuarto de su trayectoria en esta plaza.

Hermoso pasea en triunfo en la Monumental de México el rabo logrado, el cuarto de su trayectoria en esta plaza.

Por cuarta vez, el caballero navarro logró los máximos trofeos en la plaza de toros más grande del mundo y lo hizo ante casi 45.000 personas.

Ganado: Dos toros de Los Encinos para rejones, primero y quinto, premiado con arrastre lento, y seis de Teófilo Gómez, serios, con volumen y romana, y de buen juego en general, salvo los dos últimos, más deslucidos; el sexto también fue premiado con arrastre lento.

Toreros: Pablo Hermoso de Mendoza (ovación y dos orejas y rabo), Enrique Ponce (ovación tras aviso, vuelta tras petición y oreja en el que lidió por El Payo), Fermín Rivera (oreja y silencio) y Octavio García “El Payo” (ovación en el único que lidió).

Lugar y fecha: Plaza Monumental de México, en México D. F. 21 de febrero.

Incidencias: Casi lleno (gran afluencia en la corona superior y lleno el numerado). Vigésima y última corrida de la Temporada Grande. El Payo no pudo lidiar a su segundo por problemas de salud y decidió cortar la temporada. El caballero navarro salió a hombros.

Pablo Hermoso de Mendoza continuó haciendo historia el domingo pasado en la Monumental de México, la mayor plaza del mundo –con un aforo para 45.000 personas-, que casi se llenó en el que fue el vigésimo y último festejo de la llamada Temporada Grande. El caballero navarro logró cortar un rabo –el cuarto de su trayectoria- en este escenario, tras una antológica faena llena de despaciosidad y armonía, de peso torero y alejada de triunfalismos, ligada y sin tiempos muertos.

El gran triunfo lo consiguió frente al segundo de su lote, quinto del festejo, un noble toro, llamado Tejocote, marcado con el número 54, de 504 kilos y de la ganadería Los Encinos, con transmisión y buen son. Tras pararlo con Manizales y castigarlo con un rejón, en banderillas llegó el verdadero alboroto, con la labor de Berlín y Dalí. El primero ajustó mucho con su toreo a dos pistas, tanto que, en un cambio por los adentros, salió trompicado, lo que dio más emoción al trasteo. Faena a más en la que el jinete estellés conectó muy bien Dalí, que batió a la perfección y salió de las suertes con ceñidas piruetas, que pusieron los tendidos al rojo vivo. En el tercio final, Pirata puso el colofón a tan magna faena metiéndose en los terrenos del toro y permitiendo así que su dueño clavase tres cortas sin respiro y par a dos manos como la plaza, monumental. Terminó con un certero rejón, de efectos fulminantes. El toro fue premiado con arrastre lento y el torero navarro, con un rabo que engrandeció la figura de un rejoneador legendario.

Ante el que abrió plaza, noble pero sin raza ni codicia, del mismo hierro, protagonizó una actuación muy interesante, en la que se vio obligado a dejar llegar mucho al astado a los caballos. Destacó con el galope de costado de Disparate y con el toreo frontal de Ícaro. Pero falló con el acero letal y la faena quedó sin premio.

Hermoso de Mendoza se convirtió así en el torero europeo que más rabo ha conseguido cortar en la Monumental de México, por delante de Niño de la Capea, con tres, y de Manolete, Enrique Ponce y El Juli, con dos.

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