MUCHO TOREO DE CALIDAD EN EL TENTADERO DE LAS FIESTAS DE OLITE

Muletazo de cartel del pamplonés Francisco Expósito.

Los matadores de toros Rubén Sanz, Francisco Expósito y García Pulido, y el novillero Villita probaron la bravura de cuatro erales de Hermanas Azcona. Reportaje fotográfico, Martín Rupérez.

Fue un festejo de cara a crear afición. Ahora bien, no hay que olvidar que los ganaderos buscan en sus respectivas tientas la mayor privacidad. Son una prueba de bravura que requiere silencio y cuanto menos público, mejor. Por ello, lo de Olite estuvo bien como ensayo de cara a impulsar la afición al toro bravo, pero no debería formar parte de una feria. Se corre el riesgo de que se acaben imponiendo los festejos sin muerte de astados. Y  eso sí que no…En lo meramente taurino, el tentadero fue un éxito en todos los sentidos: ganadero, torero y de público. Se probó la bravura de cuatro erales de Hermanas Azcona, ganadería olitense. Todos aceptaron entre tres y cuatro varas, y cumplieron así en la principal prueba, la del peto.

Ya en la muleta, fueron de alta nota, salvo el segundo que resultó más complicado. Abrió la tienta Rubén Sanz, que se encontró con un eral con un gran pitón izquierdo. El espada soriano, toreó con temple, casi con desmayo e impregnó de aroma sevillano el ruedo olitense.

Seguidamente, intervino el pamplonés Francisco Expósito, que se las tuvo que ver con el peor novillo de la tienta. Supo estar en el sitio, se impuso al eral y se repitieron los naturales y derechazos de su característico estilo, siempre con mucho sabor.

García Pulido, por su parte, brindó a la plaza, dada la calidad que tuvo su novillo, un ejemplar que, con fijeza y codicia, no se cansó de embestir. El diestro toledano sufrió un revolcón sin más consecuencias, percance que no evitó que realizase una faena larga, por ambos pitones, siempre con quietud y temple.

Por último, Villita, tras brindar a la ganadera, fue construyendo una extensa faena y el novillero acabó brillando de capa y de muleta.

Al final el público, que disfrutó de lo lindo, sacó a dar una aclamada vuelta al ruedo a los espadas y al mayoral.

Texto basado en la crónica realizada por Jesús Javier Corpas Mauleón y publicada en navarrainformacion.es

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