Primer plano del banderillero pamplonés Manolo de los Reyes.
Fue herido por el quinto, de Enrique Ponce, a la salida de un par de banderillas y, tras una cura, condujo su coche hasta Pamplona.
Estaba realizando una gran temporada. Recientemente, había saludado montera en mano en tres ocasiones consecutivas en la plaza Bayona, en otros tantos festejos. Pero así es el toreo. Conoció ayer la otra cara de la moneda en la plaza guadalajareña de Trillo, donde toreó a las órdenes del novillero Yon Lamothe, quien le cortó el rabo al quinto. Precisamente, ese quinto es el que hirió al banderillero pamplonés.
El percance sucedió a la salida de un par de banderillas. El utrero le cazó en la parte trasera del muslo derecho y le propinó una cornada de dos trayectorias: una ascendente, de 10 centímetros, que casi llegó hasta el ano, y otra descendente, de cinco. Además, sufrió también fractura de tabique nasal.
Recibió un primer auxilio en la UVI móvil, donde le limpiaron la herida. Fue entonces cuando decidió conducir su coche hasta Pamplona. “El dolor era intenso, pero ya lo conocía de ocasiones anteriores. Me sentía más tranquilo aquí, en Pamplona, de cara a cualquier imprevisto que pudiera surgir. Ahora llevo un palizón encima, el que me dio el utrero, pero, dentro de lo que cabe, estoy bien”, ha declarado esta mañana el banderillero pamplonés.
Respecto a la reaparición, espera hacerlo el 1 de octubre en Arnedo, para torear a las órdenes de Lamothe, o cinco días más tarde en Las Ventas, formando parte de la cuadrilla del mismo novillero francés.
De los Reyes, que también ejerce de doblador en los encierros de San Fermín, toreó en Trillo a las órdenes del francés Yon Lamothe, quien, como ya se ha indicado, le cortó el rabo al quinto y salió a hombros en compañía de José Fernández Molina (oreja en ambos) y Víctor Cerrato, que le cortó las dos orejas al tercero. Esta terna lidió seis utreros de Enrique Ponce, de muy buen juego.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX