LOS HIERROS PARA PAMPLONA. ¿FERIA DEL TORO O IMPERIO ‘JUAMPEDRO’?

Toros de Adolfo Martín.

Toros de Adolfo Martín.

La Feria del Toro, para hacer honor a su nombre, debe mantener una diversidad de encastes ganaderos. Pues bien, por desgracia, de las ocho ganaderías anunciadas para 2014, la mitad, cuatro, son de procedencia Juan Pedro Domecq.

Tres de ellas, directamente: Garcigrande, Victoriano del Río y Jandilla; y una cuarta, de manera indirecta: la de Fuente Ymbro, de procedencia Jandilla y por tanto… más de lo mismo. Por otro lado, Torrestrella, aunque haya formado un encaste propio, tiene su origen asimismo en domecq. De este modo, la próxima feria, aparte de lo domecq, sólo deja huecos para los atanasios de Aguirre, los albaserradas de Adolfo y los miuras (encaste propio).

Por otro lado, regresando a la pasada feria, sólo dos corridas alcanzaron el aprobado, las de Fuente Ymbro y Dolores Aguirre. Todas las demás, suspendieron, pero sólo tres han causado baja: Alcurrucén, El Pilar y la debutante Valdefresno, que llegó para reemplazar a la rechazada de Cebada Gago. Como se puede apreciar, los cebaditas siguen castigados por la empresa. Sin embargo, repiten otras que suspendieron. Aparte de la intocable Miura, Victoriano del Río trajo, posiblemente, el encierro mejor presentado de la feria; pero se lo dejó todo en fachada; en el ruedo, al conjunto le faltó fondo y clase; suspendió sin paliativos y prueba ello es que los seis toros, en la tarde del cartel más rematado –Morante, El Juli y Talavante-, fueron arrastrados con todas sus orejas. Torrestrella presentó un conjunto con varios elementos terciados, indignos de nuestra feria, y en la plaza, sus toros tuvieron tanta debilidad como nobleza. Estos factores no les han debido importar a los comisionados pues han vuelto a confiar en ella. Y aquí llega la pregunta clave.

¿Qué le importa de verdad a la comisión taurina? Lógicamente, organizar la feria y recoger beneficios. ¿La afición? Parece que poco, pues sólo organiza los diez festejos del jugoso abono. ¿El aficionado? Tampoco. Si le importara verdaderamente, se atrevería a contratar más encastes, como el vazqueño de Prieto de la Cal o el santacolomeño de Ana Romero, por ejemplo. Y se interesaría por otras ganaderías que han dejado atrás una gran temporada, como Pedraza de Yeltes, o por otras que han triunfado en Navarra, como El Torero en Tudela –magnífica corrida, con un toro premiado con la vuelta al ruedo (al igual que otro al día siguiente en Beaucaire y otro indultado en San Roque)-, Bañuelos en Corella (triunfo en presentación y en juego) o la novillada de Los Recitales en Lodosa, para el recuerdo.

De los cambios anunciados para el año que viene, sólo la contratación de Adolfo Martín ha sido un soplo de aire fresco para el aficionado. ¿Jandilla? A medias. ¿Y Garcigrande?  Sobre todo, para El Juli, que será uno de los que la lidie el año que viene. Sin duda, es, actualmente, su hierro preferido y Julián manda –y exige- mucho, dentro y fuera de los ruedos.

Y, de verdad, ojalá disfrutemos de una gran feria; es decir, ojalá veamos toros bravos, que son la base y el motor de la Fiesta. Sin ellos… Pero, mientras tanto y por desgracia, los llenos en la Feria del Toro son cada vez menos frecuentes y el cemento sigue avanzando y abarcando más espacio. Alguna fórmula no está funcionando y quienes rigen la feria más rentable del mundo no parecen dispuestos a cambiarla. Una pena.

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