Los mataderos están pagando 500 euros por astados que han tenido un coste de producción de 5.000.
Es un constante ir y venir de camiones. Desde que finalizó la Semana Santa el trasiego que no cesa. No pasa día sin que camiones cargados de toros bravos, de lidia, destinados a lidiarse en las primeras ferias del año y en diversos festejos populares de todo el panorama nacional, lleguen a las corraletas de Mercasevilla y del Matadero del Sur. Unos 200 astados han cambiado la plaza de toros por el matadero en Sevilla.
Y es que a pesar de que la incertidumbre sobre la temporada sigue en el aire, para bien o para mal, pues la cancelación total de la temporada aún no es una realidad, los ganaderos han arrojado la toalla en muchos casos. Animales con el trapío suficiente para las Valencia, Castellón, Sevilla… que subieron al camión, sí, pero con diferente destino, según el reportaje que publicado en ABC, en su edición de Sevilla.
No son casos aislados, sino la práctica totalidad de la cabaña brava española. Todas aquellas ganaderías que tenían cinqueños listos para lidiarse los están embarcando, asumiendo unas pérdidas insostenibles. Los mataderos están pagando aproximadamente 500 euros por la canal de cada toro, mientras que los ganaderos aseguran que el coste de su manutención durante estos cinco años oscila en torno a los 5.000 euros. El coste real del toro únicamente lo puede sustentar la taquilla y su espectáculo. Sin ellas, la ruina es evidente.
La carne del toro de lidia es de las peores pagadas del ganado vacuno. Sólo en esta pasada semana han matado más de ochenta reses bravas. A este número hay que sumarle las que han sido sacrificadas en Mercasevilla, que, por poner un ejemplo, solamente el miércoles apuntilló 24 toros de una prestigiosa ganadería: cuatro corridas de toros completas, anunciadas en estas primeras ferias.
Ambos centros superan las doscientas cabezas sacrificadas desde el pasado lunes. Este envío masivo de toros al matadero está incrementando el stock de carne, lo que ‘ha causado un desplome sin precedentes de los precios del mercado’, explican desde la Unión de Criadores de Toros de Lidia.
La empresa encargada de la gestión del matadero de Mercasevilla, «Gesesur 2», reconoce el incremento de reses recibidas en sus instalaciones. ‘Somos un matadero de servicio’, afirman. Un tratante de ganado les lleva los toros, ellos se encargan de sacrificarlos y se los devuelven desollados. ‘Hay un exceso de piezas nobles como el solomillo o el lomo, cuya salida era la hostelería, esperemos que esta bajada no sólo afecte a los ganaderos, sino que también se disminuya el precio en las carnicerías’.
Los ganaderos son reacios a hablar del asunto. Tras los cinqueños, están embarcando machos de todas sus camadas y vacas, con el propósito de reducir las ganaderías para los próximos años, augurando un futuro, nunca mejor dicho, ‘de vacas flacas’. Los más esperanzados están intentando aguantar los toros con cuatro años por si se pudiera reiniciar la temporada tras el verano, y así tenerlos óptimos para cualquier plaza.
A diferencia de anteriores crisis, en esta ocasión quienes más van a sufrir no son los ganaderos modestos, sino aquellos que mayor número de cabezas de ganado poseen en sus fincas. Ellos van a tener un excedente de toros cuyo destino, más que posiblemente, sean estos mataderos.