Al final del festejo, el navarro fue llevado a hombros por rejoneadores portugueses como el maestro João Moura, Antonio Ribeiro Telles, padre e hijo, Luis Rouxinol, padre e hijo, Francisco Palha y João Ribeiro Telles entre otros. Fotografías, pablohermoso.net
Ganado: Toros de Charrua, con pesos entre 554 y 640 kilos, destacaron segundo y quinto.
Rejoneadores: Antonio Ribeiro Telles (vuelta en ambos), Luis Rouxinol (vuelta en ambos) y Pablo Hermoso de Mendoza (vuelta en ambos).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Campo Pequeno, en Lisboa (Portugal), 6 de septiembre de 2024.
Incidencias: Esgotado el boletaje con cinco días de antelación. Cuarta y última corrida de la temporada 2024 en este coso. Se homenajeó al Grupo de Forcados de Lisboa por sus 80 años de existencia y a su antiguo cabo, José Luis Gomes, y a Pablo Hermoso por su despedida de los ruedos, por parte de la Associacao Portuguesa dos Criadores de Cavalo Pura Sangue Lusitano, de la empresa organizadora, por medio de su representante, Luis Pompeiro, y de las Tertulias Taouromaquicas.
La plaza de toros de Campo Pequeno cerró su temporada de 2024 con llave de oro por la despedida de Pablo Hermoso de Mendoza a la afición portuguesa, una cita histórica que acabó todo el taquillaje cinco días antes de su celebración.
Llegó así una de las fechas claves para la temporada 2024 como es la despedida de la catedral del toreo a caballo del rejoneador más importante de las últimas décadas o ben podemos decir de la historia. Clave para él y clave para el maravilloso escenario.
La primera faena de Hermoso de Mendoza brilló por las ajustadísimas reuniones a corta distancia y un bonito toreo a dos pistas.
Pero lo mejor estaba por llegar en el sexto. Las emociones subieron decibelios. El adiós se palpaba y se sentía en un ambiente que no quería perder detalle de las evoluciones de Pablo en este su último toro. El navarro salió despacio, cruzó la plaza y solicitó un micrófono para brindar este su último toro al público lisboeta, al aficionado portugués que lo acogió y lo adoptó como suyo y a la que él denominó como la Catedral del Toreo a Caballo. Le agradeció todo el apoyo y la entrega de estos años.
Con el público en pie, se fue a los medios y brindó a los presentes un toro que tenía un excelente galope. Frente a él, destacaron unas ajustadas y templadas hermosinas, así como unas batidas al pitón contrario en la segunda y tercera banderilla, terminando con suertes frontales.
Final apoteósico con Pablo descabalgando de Berlín en el propio ruedo, acompañando a su compañero hacia el patio de caballos y recibiendo la merecida ovación de un público que ya no podía mantenerse sentado. Ultima y emotiva al ruedo del navarro, en la que no faltó el pañuelico rojo al cuello lanzado por unos paisanos navarros.
Antonio Ribeiro Telles, por su parte, estuvo mejor en su segunda lidia, donde destacó en las últimas dos suertes frontales a corta distancia. Su primera lidia quedó algo comprometida por el toro, siendo necesario sacar recursos de maestría para darle la vuelta a la tortilla.
Por último, Luis Rouxinol tuvo delante el mejor lote de la noche y supo beneficiarse. Recibió su primero a porta gayola, siguió dibujando buenas suertes y terminó con dos rosas, una de ellas antecedida de una bonita reverencia de su caballo. Su segunda actuación resultó regular en el primer tercio, pero se vino arriba en banderillas, con batidas al pitón y bonitos ladeos. Un par de banderillas a dos manos y una rosa mantuvieron la conexión con el público lisboeta.
El grupo de Forcados Amadores de Lisboa pegó en solitario esta corrida de celebración de sus 80 años de existencia. Todas las pegas fueron consumadas al primer intento excepto la última que fue al segundo.
Así terminó, por todo lo alto, la temporada de Campo Pequeno 2024, con suceso artístico y en la taquilla. Al final del festejo, el navarro fue llevado a hombros por rejoneadores portugueses como el maestro João Moura, Antonio Ribeiro Telles padre e hijo, Luis Rouxinol padre e hijo, Francisco Palha, João Ribeiro Telles… regalándole así toda su admiración en un bonito homenaje en su despedida de los ruedos portugueses.