LA LÍNEA ROJA DEL ENCIERRO DE PAMPLONA SE ADELANTA 10 METROS

La doble línea, roja y naranja, limita el paso de los corredores en Santo Domingo.

Se trata de una decisión de la Mesa del Encierro con el objetivo de evitar que se giren los toros.

La línea roja del encierro, que determina el límite hasta el que se pueden aproximar los corredores en Santo Domingo, se adelantará 10 metros este año, según un acuerdo adoptado el jueves por la mañana por la Mesa del Encierro y confirmado por el área municipal de Seguridad Ciudadana. El cambio obedece a un comportamiento de los toros. La premisa de partida es que hasta ahora se encuentran con una muralla humana que reduce su campo de visión.

El obstáculo que aprecian, unido a los metros de recorrido desde su salida en los corrales, puede frenar su carrera o, como ha sucedido con la ganadería de José Escolar Gil, provocar su regreso por el instinto de búsqueda de lugar de querencia, en este caso, los corrales.

La Policía Municipal mantiene el cordón de contención de los mozos a la altura de la línea naranja. Cuando los agentes se retiran y se resguardan en el vallado, se permite descender unos metros hasta la marca roja. Rebasarla es una infracción, recogida como tal en la ordenanza del encierro. El primero en ser multado fue un británico, que en 2014 adujo ser desconocedor de la prohibición al carecer -según señaló- conocimientos de castellano o euskera. Se trata de las lenguas en que está publicada la ordenanza municipal.

Con el cambio adoptado el jueves, la línea roja estará emplazada aproximadamente a la altura del acceso al aparcamiento de la sede de Educación. Cuando se lance el cohete y se abran los portones de los corrales, la distancia del primer encuentro entre otros y mansos y corredores se acortará. Lo que antes de la prohibición de paso era visto como una imprudencia ahora es interpretado desde una nueva perspectiva.

Los toros, con mayor visión

Al disgregarse los mozos, con la disponibilidad de más espacio para recibir a la manada, los animales tendrán “más luz”, en palabras de miembros de la Mesa del Encierro. A partir de este razonamiento, la mayor disponibilidad de campo de visión evitará cualquier sobresalto que, en un momento dado, pueda alterar el sentido de la carrera.

Existe además un segundo motivo. Reducido el espacio hasta el encuentro con los primeros mozos, los toros, sobre todos aquellos que por encaste han desarrollado más habilidades, tienen menos capacidad de reacción ante el mínimo estímulo que pueda recibir. Es así, por ejemplo, que el 11 de julio de 2015, Curioso I, un cárdeno oscuro meano de José Escolar Gil, reacionó a un golpe de vara de un pastor y giró sobre su cuerpo para volver sobre sus pasos a los 50 metros del punto de partida.

Al año siguiente, un segundo animal del mismo hierro se detuvo en el mismo punto. Los cabestros de cola enderezaron su rumbo. En 2017 se repitió la misma escena. La sesión del jueves de la Mesa del Encierro concluyó con la ratificación del protocolo de anestesia para toro o buey caído que no pueda reanudar la marcha.

Desde la unidad de Policía Foral emplazada en la calle Chapitela, quedará anestesiado con un dardo para luego ser evacuado con todas las garantías hasta la plaza de toros.

Los integrantes de la Mesa del Encierro fueron citados a primeras horas de la mañana en los corrales de Santo Domingo para comprobar su estado remodelado.

Información de Natxo Gutiérrez, publicada en Diario de Navarra.

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