LA AFICIÓN DE NAVARRA OS DA LAS GRACIAS. ARTÍCULO DE OPINIÓN

El pasado 9 de mayo, hace menos de un mes, Javier Marín consiguió un triunfo de tres orejas en una plaza de Toledo.

El pasado 9 de mayo, hace menos de un mes, Javier Marín consiguió un triunfo de tres orejas en una plaza de Toledo.

Gracias. Gracias, de verdad. Es lo que está pensando la afición de Navarra sobre los miembros de la comisión taurina de la Casa de Misericordia, sobre los gestores de la plaza de toros, por la sensibilidad mostrada y el apoyo a la torería de esta tierra.

Gracias por dejar fuera del festejo del 5 de julio a uno de los dos novilleros con caballos de Navarra, a Javier Marín. Normal. ¿Cómo va a apostar por un navarro? Como sólo hay una novillada, acostumbra a decir la empresa, deben estar los mejores, los más punteros. Craso error. La comisión taurina ha vuelto a apostar por los novilleros que más fácil lo tienen y ha dejado al margen a un navarro que lucha, día a día, por abrirse paso en esta difícil profesión. Qué pena. Un triunfo de Marín en Pamplona habría relanzado su trayectoria pero la empresa le ha cerrado las puertas a esta posibilidad.

Eso sí, Maravillas, de la dinastía Posada, gozará de su tercera oportunidad en nuestra plaza, algo que ningún novillero ha conseguido. Y es que, si me fuerzan, este novillero pacense, como sucedió con su hermano, Ambel Posada, acabará tomando la alternativa en Pamplona. Tiempo al tiempo. Alfombra roja para algunos y camino de espinas para otros. Y ojalá triunfe, al igual que los otros dos: Varea y Roca Rey, otros dos jóvenes que caminan imparables hacia la alternativa.

Y gracias asimismo a los miembros de la comisión por el buen trato que han vuelto a dar a uno de los dos matadores de toros navarros. Antón, como se esperaba, por su falta de rodaje, ha quedado fuera. Tampoco habría estado de más darle una oportunidad, avisándole con tiempo, claro está, para poder prepararse. El otro navarro, el estellés, Marco, por lo menos aparece en los carteles. Eso sí, abriendo la tarde del duro trago de los escolares. Sólo por ser navarro, por la honradez y la torería que atesora, merecía mejor puesto en la feria. Y más si se tiene en cuenta que este ciclo, la quincuagésima séptima Feria del Toro, es el más light de lo que va de siglo en cuanto ganaderías, en cuanto a variedad de encastes. Sólo hay dos duras –Miura y Escolar-, o tres, si se incluye en esta categoría a Conde de la Maza, que no tiene por qué. Las otras cinco, todas de procedencia Domecq, se pueden catalogar entre las comerciales. Y ante una de ellas tenía que haberse medido Francisco Marco; eso, si se desea su triunfo; otra cosa es si alguien se lo quiere quitar de encima, como parece que sucede.

Y todo esto pasa por tener la garantía de una plaza llena. Si, como ocurre con otros lugares, los empresarios tienen que echarle imaginación y encontrar atractivos para subir el número de abonados y para lograr que el público acuda a la plaza, Marín habría entrado en el cartel de la novillada y Marco gozaría de mejor trato. Pero, como la plaza se va llenar todos los días, y con el dinero de las entradas cobrado por adelantado, todo vale, como, por ejemplo, que ni Manzanares ni Morante ni Urdiales no toreen aquí. Con este último, la empresa dijo ayer que hubo negociación pero que no se alcanzó un acuerdo. Y también vale que Salvador Cortés, con todos los respetos, cierre la feria. Matador en horas bajas, según la empresa, acumula un buen currículum en Pamplona. Y es cierto. También El Soro, se le puede replicar pero… ¡Válgame Dios, qué burda excusa la ofrecida por la comisión!

Y, como todo vale, en esta feria no sirven, además de Urdiales, ni Finito de Córdoba ni Uceda Leal ni Daniel Luque ni Javier Castaño, que, al parecer, sí servían el año pasado, porque fueron contratados.

Y, mirando la botella medio llena, torearán dos tardes los triunfadores del año pasado –Fandiño, Padilla y Perera-, salvo El Juli, que sólo hará un paseíllo, frente a su ganadería preferida, la de Garcigrande. Está bien que la empresa cuente con ellos para dos tardes, que para algo valgan los triunfos, aunque a la comisión le acabará resultando difícil mantener este criterio, bien por exceso bien por defecto.

Y asimismo ha hecho bien la comisión en contar con triunfadores de Sevilla y, sobre todo, de Madrid, como López Simón, Juan del Álamo, Abellán, Morenito de Aranda e incluso con el veterano Eugenio de Mora, que, aunque carezca de atractivo, parece que quiere renacer, volver a coger el tren de las grandes ferias. Y gusta la presencia del único debutante, la del murciano Paco Ureña, siempre muy apreciado en Navarra.

Para el gran público, el que llena las plazas, ése al que le gusta ver a las figuras, el cartel de más relumbrón es el del 9 de julio, seguido por el del 13 y, si me fuerzan, el del 10. Y pare usted de contar. El 14 terminará la feria, después de la lidia de sesenta astados, por lo menos. Como siempre, que todos la podamos disfrutar, con salud, amistad y suerte.

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