Diego Carretero torea de capa al toro de Ganadería de Pincha.
El propietario de Ganadería de Pincha dispone para 2022 de tres corridas de toros, cinco novilladas picadas, dos sin caballos y alguna becerrada. Galería fotográfica.
El ganadero navarro José Antonio Baigorri mira ya a 2022. Ha comenzado a llevar a cabo los tradicionales tentaderos, que se alargan hasta bien avanzado el invierno. Atrás ha dejado una temporada dura y deficitaria, pese a los seis festejos que ha lidiado: una corrida de toros, tres novilladas picadas, una sin picadores y un festejo de rejones.
“No hemos salvado la temporada. A algunos sitios hemos ido en condiciones que no habríamos estado en otras circunstancias. Una corrida de toros, tres novilladas de utreros, una de erales, un festejo rejones y en las calles, nada, no hemos lidiado nada, con lo cual… las cuentas no salen”, aseguró el criador de bravo.
Pese a ello, se mostró satisfecho en lo referente al juego que han ofrecido sus reses bravas. “Por primera vez, lidié una corrida de toros, en Lodosa, que dio buen juego en conjunto. En la feria murciana de Blanca, nos dieron los premios a la mejor novillada y al mejor novillo. En ninguno de los festejos ha salido un garbanzo negro. Y aquí está lo más importante, la regularidad, la práctica totalidad de los astados han embestido, han servido para el toreo”, indicó el ganadero lodosano.
Respecto a la temporada que viene, en El Ontanal dispone de tres corridas de toros, cinco novilladas picadas, dos sin caballos y alguna becerrada. “He hablado ya con personas interesadas en comprar alguno de estos encierros. Sin embargo, comienzo a asustarme, por cómo están volviendo a subir los contagios por Covid-19. Situaciones así, como las que ya hemos vivido, sufrido paran la iniciativa de los empresarios. Habrá que ver… Toca esperar, concluyó.
José Antonio Baigorri hizo estas declaraciones tras la celebración de un tentadero, protagonizado por el diestro Diego Carretero y por el novillero Sergio Rodríguez, que fue el primero en intervenir, porque el matador de toros se encargó de probar la bravura de una erala y de un toro lesionado de una pata, con la que apenas podía pisar.
Como en anteriores tientas, la suerte de varas corrió a cargo de Jorge Martínez ‘Ramitos’. Y como auxiliador figuró el guipuzcoano Asier Campos. Ambos fueron un ejemplo de profesionalidad en sus respectivas funciones.
Respecto a la materia prima, la primera erala fue buena sin más, se dejó torear. La segunda tuvo buena condición. La tercera fue muy buena para el torero, por su nobleza y fijeza; tomó seis puyazos, los últimos de un lado a otro de la plaza de tientas, y fue tal su empuje que se rompió un pitón.
Ante tal materia prima, tanto Carretero como Rodríguez derrocharon voluntad y disfrutaron con sus respectivos estilos en faenas largas y variadas. El matador de toros de Hellín fue el encargado de probar la bravura del toro, un cuatreño que, pese a que apenas podía pisar con una pata, se entregó en un puyazo y, tras coger aire, fue poco a poco a más y acabó siendo una máquina de embestir con mucha clase; por ello, el ganadero decidió que no Carretero no lo matase.
Como en otras ocasiones, después de la actuación de los titulares ante las eralas, torearon el rejoneador Sergio Domínguez y los becerristas navarros Bruno Martínez, Pablo Hernández, Nabil ‘El Moro’, el guipuzcoano Ekaitz Moreno y la riojana Patricia Sacristán.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX