Su padre, Vicente, picador retirado, formó esta ganadería con reses de Santafé Martón.
El diestro navarro Javier Antón regresó a su tierra natal, la navarra Murchante, el miércoles pasado para tentar tres vacas de la ganadería Mis Canasteras, hierro del que es propietario su padre, Vicente, picador retirado conocido como Chamaco de Ablitas.
Ante la presencia de un buen puñado de amigos y de aficionados prácticos, el matador de toros ribero compartió el tentadero con Rubén Darío, espada de alternativa venezolano que se las vio con otras tres becerras. La suerte de varas corrió a cargo del citado Vicente Antón, que demostró que quien tuvo, retuvo.
Las seis eralas demostraron bravura en el peto y nobleza en la muleta, lo que permitió realizar faenas largas y templadas tanto a Antón como a Darío. De hecho, una vez lidiadas, salieron a torearlas Pedro Luis Aguado Ruiz, Fernando Fernández Melero, Eliseo Aguado Fernández y Miguel Magaña Orta, todos ellos aficionados prácticos.
Vicente Antón inició su faceta ganadera hace diez años, con la compra en 2005 de seis vacas preñadas y un añojo para semental al criador navarro Santafé Martón, también navarro, de Villafranca. A partir de ahí, inició una trayectoria en la que ha obtenido triunfos en plazas francesas como las de Gimaux y Hagetmau.
Su hijo, Javier, se vistió de luces durante la pasada temporada en dos ocasiones. La primera, en Tafalla, donde se enfrentó a dos toros de Saltillo y consiguió dar una vuelta al ruedo. La segunda, en Corella, plaza en la que alcanzó el triunfo grande después de cortar una oreja a cada uno de su lote, del hierro de Virgen María. Este año va a afrontar su tercera temporada completa como matador de toros.