HERMOSO DA LA ALTERNATIVA A DIEGO LECUMBERRI, ORIUNDO DE NAVARRA

Momento de la alternativa de Diego Lecumberri, con Hermoso de Mendoza de padrino.

Momento de la alternativa de Diego Lecumberri, con Hermoso de Mendoza de padrino.

El caballero navarro cortó una oreja en Atizapán de Zaragoza, estado de México, en un festejo a beneficio de la Universidad Autónoma.

Ganado: Cuatro toros de Lecumberri Hermanos y dos de Fernando de la Mora, segundo y quinto, todos para rejones, y el cuarto premiado con arrastre lento.

Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (oreja y silencio), Gastón Santos (vuelta al ruedo), Andrés Rozo (dos orejas) y Diego Lecumberri (palmas y pitos).

Lugar y fecha: Plaza de toros Conchita Cintrón del Complejo Hípico de Los Azulejos en Atizapán de Zaragoza, estado de México. 22 de marzo.

Incidencias: Lleno de “no hay billetes”. Festejo a beneficio de la Universidad Autónoma del Estado de México. Rozo salió a hombros. Lecumberri tomó la alternativa.

Pablo Hermoso de Mendoza cumplió el sábado pasado con una de las citas fijas en su temporada mexicana: el festejo en Atizapán de Zaragoza, cuyos beneficios, íntegros, son destinados a mejorar e incrementar las instalaciones de la Universidad Autónoma del Estado México, en la que estudian tres mil quinientos alumnos de cinco municipios mexiquenses

En una corrida de rejones, en la que, por tercer año consecutivo, el caballero navarro logró colgar el cartel de “agotado el boletaje”, el otro hecho más destacable fue que concedió la alternativa a Diego Lecumberri, un rejoneador oriundo de Navarra, pues, aunque él es mexicano, su padre es navarro. El estellés le cedió la muerte del toro Graduado, número 225 y de 460 kilos.

En lo meramente taurino, Hermoso se encontró en primer lugar con un toro nada colaborador, que se aferró a la puerta de chiqueros y allí se mantuvo casi toda la lidia. Lo recibió con Fo, que consiguió con tranquilidad sacar al astado a los medios. En banderillas, con Vinoso puso dos palos al estribo y con Dalí, otros dos. Con Pirata, dejó una corta en los medios, otra en el tercio y la tercera casi por los adentros. Tras un pinchazo, terminó con un rejonazo. Se le concedió una oreja, trofeo que rechazó por no creerse merecedor de él.

Con la salida del buen quinto, cambió el panorama. De salida, apenas lo castigó con Churumay porque el rejoneador quería que luciese, al igual que sus caballos, en banderillas. Y así fue. Con Disparate, dio una nueva lección de toreo de costado, de toreo vibrante con la hermosina y de piruetas para cerrar. Y, seguidamente, con Habanero sacó las embestidas que le quedaba al cuatreño y pudo dar brillantez a las piruetas. Y en el tercio final, con Pirata cuadró perfectamente todas las banderillas, cortas al principio y a dos manos para terminar, llegando a los terrenos del toro. Faena de rabo que el navarro echó a perder con sucesivos pinchazos y que obligó al público a guardar respetuoso silencio.

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