HERMOSO COMIENZA SU CAMPAÑA AMERICANA CON UN TRIUNFO EN CALI

La presencia del caballero navarro provocó un lleno histórico en la plaza de Cali.

La presencia del caballero navarro provocó un lleno histórico en la plaza de Cali.

Le cortó las dos orejas al primero de su lote y salió a hombros junto a Bolívar y Fandiño.

Ganado: Siete toros de Ernesto Gutiérrez, tercero y sexto para rejones, bajos, apretados, con la complicaciones propias de la bravura, con un primero magnífico que mereció la vuelta al ruedo y con un sobrero de regalo de muy buena condición.

Toreros: Luis Bolívar (saludos, silencio y dos orejas en el de regalo), Iván Fandiño (dos vueltas tras petición y dos orejas) y Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y palmas).

Lugar y fecha: plaza de toros Cañaveralejo, en Cali (Colombia). 29 de diciembre.

Incidencias: Lleno de “no hay billetes”. Los tres toreros salieron a hombros.

Pablo Hermoso de Mendoza comenzó el lunes pasado su campaña americana y lo hizo en la plaza colombiana de Cali con un doble triunfo. Además de la salida a hombros, su presencia en el cartel conllevó un lleno de “no hay billetes”, algo que, según la empresa, no sucedía desde hacía quince años. De este modo, dieciocho mil personas presenciaron el triunfo del navarro, logrado ante el primero de su lote, un toro llamado Pipero, número 428 y de 490 kilos, complicado y duro.

Por ello, pese al triunfo y según fuentes de su entorno, el jinete estellés no pudo desplegar toda su torería. Pero a ese toro lo mató al primer intento, gracias a la labor de Pirata, que arriesgó mucho y superó los problemas que planteó el cuatreño, y tras una faena iniciada con Napoleón, que paró al toro de salida y le enseñó a embestir, y completada en banderillas con Duende, que una ocasión logró sacarle al toro un galope templado, y con Habanero, que puso a la plaza en pie con sus piruetas, en serie. Hasta tres pegó seguidas, después de cuadrar muy bien con el toro en los medios.

Peor lo tuvo ante el pésimo sexto, carente de brillantez y peligroso, que sólo embistió a arreones y con la cara arriba, y que siempre quiso llegar a los caballos. Fue una faena de tesón, en la que Disparate dejó algún destello de su clase. El torero acertó al tercer intento con el rejón de muerte, momentos antes de salir a hombros y, algo cariacontecido, pasar por debajo de la imagen del Señor de los Cristales.

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