Momento en el que el toro derriba a ‘Ecuador’ y a su jinete.
El sexto toro, un marrajo, derribó a ‘Ecuador’ y a su jinete; afortunadamente, todo quedó en un gran susto. Fotografías: pablohermoso.net
Ganado: Seis toros de Irmaos Moura Caetano, de distintas hechuras, con cuajo y de juego dispar; destacaron el tercero, que tuvo tranco y ritmo, y el bravo quinto, Ranosito, número 57, negro bragado, que fue premiado con la vuelta al ruedo.
Rejoneadores: Joao Moura Caetano (pitos tras aviso y bronca tras dos avisos), Leonardo Hernández (dos orejas y oreja) y Guillermo Hermoso de Mendoza (silencio y dos orejas).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Torrejón de Ardoz (Madrid). 20 de junio de 2022.
Incidencias: Tercera y última de feria. Casi tres cuartos de plaza. Leonardo y el caballero navarro salieron a hombros.
La tarde celebrada ayer en Torrejón de Ardoz fue gris para Moura Caetano, salvo en las banderillas del cuarto y sobre todo anduvo muy desafortunado con el descabello. Lo contrario de Leonardo, hecho un león toda la tarde, después de cortar las orejas en el segundo, y si hubiera matado a primera le habría cortado el rabo. Guillermo Hermoso fue el clasicismo, la templanza y la armonía, y de no haber pinchado al primero lo habría desorejado. En su segundo tuvo la mala suerte de que el toro cogió a su caballo Ecuador, aunque al final no fue aparentemente nada. Gran tarde del caballero navarro.
Guillermo no quería que la tarde se le fuera y a pesar de ellos arriesgó con Ecuador, con el que puso la primera banderilla con mucho riesgo, pero también con mucha limpieza. Pero el toro se guardaba sus cartas y a la segunda banderilla ya no se arrancó, sino que lo esperó y a la salida golpeó al caballo en la grupa derribando, tanto a Ecuador, como al propio Guillermo. Una vez en el suelo, el toro se ensaño con el caballo que patas arriba le mostraba los blandos donde el astado derramaba toda su furia. Lo peor se ciñó sobre las mentes de los asistentes en esos eternos segundos hasta que las cuadrillas consiguieron sacar al toro de la barriga del caballo y poder comprobar que no había heridas y que el caballo salía por sus propios pasos de la plaza. Un milagro del que seguro Ecuador estará dolorido unos días, pero que afortunadamente el pitón no llegó a entrar en una zona tan delicada. Guillermo tiró de raza y se fue a por Corsario para la rueda de cortas, con un toro cada vez más complicado y buscando más al caballo. Tras las cortas, todavía el jinete pidió dos rosas más que el público agradeció por lo que representaban. Entró a matar con toda la rabia contenida y dejó un rejonazo en lo alto que acabó con las malas ideas de este toro y que puso en las manos del jinete sus dos orejas y el reconocimiento de un público entregado a la raza del joven estellés.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX