Derechazo de Francisco Expósito a una erala de Lumbreras.
El novillero pamplonés y Patricia Sacristán tentaron tres estupendas eralas de este ganadero riojano. Fotografías: Carmelo Betolaza.
Surgió el sábado pasado a última hora y de manera improvisada. El ganadero riojano Carlos Lumbreras ejercía de anfitrión en la fiesta de la Federación Taurina de La Rioja. Para tal ocasión, tenía organizado un tentadero de tres eralas, de procedencia Núñez, para el matador de toros Ángel Téllez y la novillera riojana Patricia Sacristán. El diestro, triunfador en el pasado San Isidro, comunicó que le era imposible acudir a la cita. Ante tal situación, el ganadero llamó a Expósito, que no lo dudó y hora y media después llegaba a Villamediana de Iregua, a la finca Río Bravo, donde se cría el ganado bravo marcado con el hierro de Álvaro y Carlos Lumbreras.
Bien auxiliado por el banderillero lodosano Manu Rodríguez, que por la tarde toreaba en Alicante, y con la confianza que da el buen hacer del varilarguero Ramitos, el novillero de la capital navarra se las vio ante dos vacas, que embistieron con nobleza, motor y mucha calidad, sobre todo la tercera.
A Expósito se le vio a gusto ante esta materia prima y tiró de repertorio, con gusto, soltura, seguridad, firmeza y temple. Toreo de pellizco, bañado en quietud. Realizó dos faenas tan largas como variadas, templadas y medidas. Y gustó a todos los presentes, que no comprendían por qué no gozaba de oportunidades. Fue el comentario generalizado en la posterior comida de hermandad.
Patricia Sacristán, por su parte, dejó asimismo buena imagen. Toreó la segunda erala, algo más chica que las demás, y dio clara muestra de su progresión. Toreó con soltura y temple, muy segura siempre de sí misma.
La ganadería de Lumbreras tiene dos líneas: una de procedencia Santa Coloma y otra de Núñez. Ingresó en la Asociación de Ganaderos de Reses de Lidia en 2004, con reses pertenecientes a la ganadería Herederos de Policarpo Lozano.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX