El Club Taurino de Tudela ha premiado con el trofeo a la mejor faena a Ginés Marín.
Ganado: Seis utreros de Santafé Martón, muy bien presentados, astifinos, nobles pero, en conjunto, faltos de un punto de raza y, sobre todo, de fuerza y fondo; el cuarto fue aplaudido en el arrastre.
Novilleros: David Cadavid (oreja), Jesús Gómez (silencio), Igor Pereira (vuelta), Alejandro Gardel (dos orejas tras aviso), Borja Escudero (oreja) y Víctor Cerrato (dos orejas).
Presidencia: a cargo de Carlos Lasheras, asesorado por Inocencio Lamana y la veterinaria Rosa López, se mostró algo generosa en la concesión de trofeos; por lo demás, cumplió bien su cometido.
Incidencias: Un tercio de plaza. Tarde soleada y calurosa. Última de feria. Gardel y Cerrato salieron a hombros.
El recuperado serial taurino de Santiago y Santa Ana de Tudela se cerró con una atípica función: seis utreros del campo bravo navarro para otros tantos novilleros. Los principales protagonistas fueron los animales que el buen ganadero José Ángel Santafé Martón envió desde la finca Juncal, de Villafranca. Unos ejemplares de bonitas, serias y parejas hechuras. Casi todos recibieron aplausos en sus salidas al ruedo. Pero a las expectativas y preciosas estampas luego no les acompañaron las fuerzas. La materia prima fue noble y colaboradora, pero le faltó ese punto de raza que al ganado bravo debe tener para aportar más empuje y fondo.
Sí hubo un notable ejemplar: fue el cuarto, un Cartujano de capa negra y número 22, que tuvo la fuerza necesaria para desarrollar la clase que contiene esta vacada navarra. Cartujano tuvo un gran pitón izquierdo, por el que basó su faena un entonado y templado Alejandro Gardel. El madrileño, apoyado en todo momento desde la barrera por su mentor, Tomás Campuzano, protagonizó los momentos más brillantes de la tarde. Y cortó las orejas con más peso específico, después de una faena por ambos pitones, muy templada, en la que supo dar sitio al novillo.
El otro gran triunfador fue Víctor Cerrato, que se encargó de cerrar el festejo y la feria. El santafé de nombre Novedoso se empleó bien al entregado toreo a la verónica del otro madrileño. El mejor toreo de capote. Con las banderillas estuvo desigual, aunque el tercer par de poder a poder fue soberbio. Con la muleta se pasó al animal cerca de su cadera ante un novillo que transmitió. Se le vio puesto y con buen dominio, pese a dos cogidas sin mayores consecuencias. Metisaca y espadazo. Dos orejas, la segunda, generosa.
El veterano venezolano, David Cadavid, obtuvo una oreja del primero, Cálido, un utrero que cumplió en el puyazo de turno, pero, luego, sin caerse, no se empleó en la muleta. Muletazos de uno en uno, pinchazo y oreja.
Jesús Gómez ‘El Roque’, no se impuso y fue cogido por el segundo, un novillo mansito y que tampoco se empleó. El jienense solo mostró voluntad. Al parecer, tras diez años con los de castoreño, tomó una alternativa en México, anulada por el Ministerio de Cultura.
Lo exótico lo puso el brasileño y moreno Igor Pereira, que pareó personalmente y, luego, no tuvo muchas opciones por la poca fuerza del novillo. Además, tardó mucho en matar. Pese a todo, se le vio voluntarioso.
Al noble, pero flojito quinto, Cantor, le cortó una oreja un espigado y estiloso Borja Escudero. El bellísimo castaño, aplaudido en su salida, se pegó un volteretón del que quedó mermado. Además, al relance del accidente, el piquero de turno lo sajó de mala manera. Aún y todo, el utrero mostró su clase y se dejó lo suficiente para que el alicantino le compusiera una elegante manufactura.
Premios
Terminado el ciclo tudelano, el Club Taurino de Tudela premió con el trofeo a la mejor faena a Ginés Marín. Y declaró desierto el premio al toro más bravo.
Información de Manuel Sagüés, publicada en Diario de Noticias.