A Hermoso de Mendoza le correspondieron en Santander dos mansos de libro. Fotografía: pablohermoso.net
Pablo Hermoso de Mendoza se encontró con dos toros mansos, nada propicios para el lucimiento y se marchó de vacío.
Ganado: dos toros para rejones de Los Espartales, mansos y deslucidos, y cuatro en lidia ordinaria de Antonio Bañuelos, bien presentados y de juego desigual. Los mejores, segundo y quinto.
Pablo Hermoso de Mendoza: rejón (ovación); y rejón y dos descabellos (ovación).
Francisco Marco: estocada desprendida (silencio); y estocada (oreja).
Iván Fandiño: estocada (oreja); y estocada y descabello (palmas en la despedida).
Incidencias: prácticamente lleno. Último festejo de la feria.
Los diestros Francisco Marco e Iván Fandiño cortaron una oreja cada uno en el festejo mixto que echó el cierre a la Feria de Santiago, ayer en Santander, en el que el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, sin toros propicios, se fue de vacío, según información de la agencia Efe.
Hermoso de Mendoza anduvo por encima de su primero, toro nada colaborador con el que destacó en los galopes a dos pistas montando a Chenel y en las cortas con Ícaro. Con el cuarto, otro animal deslucido que enseguida buscó el abrigo de las tablas, el rejoneador navarro anduvo de nuevo queriendo mucho pero sin poder resolver nada.
Francisco Marco se lució en el saludo de capote a su primero, pero en el último tercio faltó mayor conjunción entre toro y torero. Con el quinto el torero de Estella fue todo voluntad e instrumentó una labor “bullidora”, cuyo punto álgido fueron los molinetes de rodillas en el epílogo. Cortó una oreja.
Por su parte, Iván Fandiño paseó un apéndice de su primero, toro bronco y complicado, con el que el torero vizcaíno se mostró firme y valiente en una labor emocionante, que conectó mucho con los tendidos.
Con el que cerró plaza, un toro manso y remiso, Iván Fandiño sólo pudo estar en los detalles sueltos.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX