
Los premiados con respresentantes de la entidades taurinas tudelanas, el alcalde de la ciudad, en el centro, en primera fila, junto a su concejala de Festejos.
En la gala de trofeos de la Feria de Santa Ana sólo faltó el banderillero Joselito Rus y en su lugar recogió el galardón su compañero de profesión Víctor García ‘El Víctor’. Imágenes, Agustín Albo.
Se hizo esperar, pero no defraudó a nadie, a ninguno del centenar de aficionados que acudió a la gala de entrega de los premios taurinos de la Feria de Tudela, que ha alcanzado este año su XVII edición. Juan Serrano ‘Finito de Córdoba’, además de recoger el trofeo a la mejor faena, ofreció una lección de matador veterano sobre cómo sentir el toreo.
‘Llevo más de 30 años en este mundo y siempre estaré agradecido a Dios por haberme permitido disfrutar y vivir de esta profesión, maravillosa, en la que un día puedes alcanzar un triunfo grande y cuarenta minutos después puedes perder la vida. Pero, triunfos aparte, el sentir cómo puedes con el toro, cómo se doblega a las órdenes que le impones en la muleta y cómo lo ves sometido es algo inigualable, de satisfacción máxima’, explicó el diestro, que puede presumir de haber indultado desde 1994 nada menos que 23 toros.
Finito de Córdoba consiguió el trofeo a la mejor faena del ciclo tudelano por la realizada el 28 de julio al cuarto toro, el castaño y cuatreño Torbisquero, número 78, de Herederos de José Luis Osborne, al que le cortó una oreja, previo aviso. El espada recibió tal distinción de manos de Javier Ardoiz, de Zénit Hoteles, y Carlos Lasheras, presidente del Club Taurino de Tudela.
Seguidamente, fue el ganadero Emilio González de San Román Osborne quien tomó la palabra y agradeció el galardón al mejor toro del ciclo tudelano. ‘Trabajo para recuperar el protagonismo que tuvo esta vacada de bravo durante tres décadas: años 70, 80 y 90, pero siempre respetando, siendo fiel al criterio que mantuvo mi abuelo José Luis Osborne: criar un toro bajo, fino de cabos, con nobleza y clase en la embestida. Por ello, este premio me ha hecho mucha ilusión y ojalá pueda regresar a esta feria el año que viene’, aseguró el criador de bravo.
El trofeo al toro más bravo de la Feria de Santa Ana recayó en el llamado Bromito, número 72, negro chorreado, de Herederos de José Luis Osborne, lidiado el 28 de julio en quinto lugar por López Simón, quien, previo aviso, le cortó una oreja
Fueron Luis Nava Navas, de Winter Cervecería, y Miguel Ángel Garijo, de la sección taurina de la Sociedad Arenas, quienes entregaron el galardón a Emilio González de San Román Osborne.
El tercer premio del ciclo, el destinado al mejor subalterno fue a parar a Joselito Rus, de la cuadrilla de Cayetano, por la brega y por las banderillas clavadas el 27 de julio al sexto toro, de La Palmosilla, llamado Mirlito, negro, nº 85. Rus no pudo estar presente por encontrarse toreando en América y en su lugar recogió el premio su compañero de profesión Víctor García ‘El Víctor’, banderillero calagurritano que ha toreado este año, sobre todo, a las órdenes de Diego Urdiales.
La última distinción de la gala fue entregada por Juan Ramón Díez, del Club Taurino de Tudela, al ganadero navarro José Antonio Baigorri, que debutó este año en Tudela y consiguió una mención especial a su novillada de Ganadería de Pincha, ‘por su resultado, por el buen juego’ que ofrecieron sus utreros.
El lodosano hizo un breve repaso a la historia de la ganadería y prefirió no adelantar nada sobre la próxima temporada, aunque reconoció que ya había recibido una llamada telefónica de Miguel Criado, veedor de la Casa de Misericordia de Pamplona, organizadora de la Feria de San Fermín.
Como en ediciones anteriores, los trofeos consistieron en unos platos decorados con figuras alegóricas a la Tauromaquia de Goya, de las que están representadas en la Plaza de los Fueros, y con el escudo de Tudela.
La gala concluyó con la intervención de Alejandro Toquero, alcalde de Tudela, que acudió al hotel Tudela Bardenas acompañado por su concejala de Festejos, Verónica Gormedino. El primer edil aseguró que siempre apoyará al mundo taurino, ‘ya que se trata de una tradición muy navarra y, por tanto, también española’.
Una vez terminado el coloquio y la entrega de galardones, se celebró una cena de hermandad a la que asistieron más de 60 personas y con la que se puso punto final a la jornada taurina.