Pata Negra sufrió una grave cornada en Las Ventas hace dos años.
Alcanzó fama hace dos años, cuando sufrió una grave y espectacular cornada en Las Ventas
El caballo Pata Negra, de la cuadra de Pablo Hermoso de Mendoza, falleció recientemente en Estella, en la propia finca del rejoneador, víctima de una enteritis crónica.
Nacido el 3 de abril de 2005, este hijo de Gallo estuvo en boca de toda España por la espectacular y gravísima cogida que sufrió en Las Ventas el 23 de mayo de 2009, cuando un toro de la ganadería de Fermín Bohórquez, le corneó a la altura del abdomen, produciéndole una herida en la que aparecía el paquete intestinal.
Pata Negra fue intervenido de urgencia en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid y protagonizó una recuperación casi milagrosa. Sólo su juventud, sus ganas de vivir y una vitalidad envidiable hicieron que superase un percance tan grave y que sorprendiera incluso, por su rápida recuperación, al equipo médico que lo trató.
Espectacular debut
Respecto a su historia, sin haber cumplido cuatro años y con el nombre todavía provisional de Caracol, debutó en la plaza La Petatera, en la mexicana localidad de Villa de Álvarez. Fue el 17 de febrero de 2009. Ese día ya comenzó a labrarse la leyenda particular y peculiar de ese caballo, porque el toro de su debut se escapó del ruedo y salió a plena calle. Allí, Pablo, sobre la citada montura, salió a buscar al astado y, encelándolo con la cola de Pata Negra, consiguió que el astado volviera al coso. En esa gira mexicana, Pata Negra firmó cinco actuaciones y permitió que su dueño colocara sobre el toro nueve rejones de castigo.
Comenzaba la temporada en España y una de las bazas del navarro era este caballo de capa castaña que en las dos actuaciones que había tenido, Jerez de la Frontera y Madrid, había dejado un gran sabor de boca. La expectación que tenía era grande para su segunda comparecencia en Las Ventas, pero aquí fue donde en la primera reunión se produjo el percance anteriormente mencionado.
El caballo, operado en la universidad, permaneció en ella hasta el 10 de junio en la que fue dado de alta y traslado a la finca de Estella, donde prosiguió su recuperación. El percance, la operación, la rehabilitación e incluso el día en que Pablo lo volvió a montar en el campo, fue retransmitido y seguido por la totalidad de las cadenas televisivas españolas y por gran parte de la prensa nacional. El 17 de julio, con las cámaras de televisión en directo, Pablo volvía a subirse a Pata Negra para dar un tranquilo paseo por la finca y así comenzar un entrenamiento que le permitiera recuperar la plenitud de forma.
Reaparición
Una madurez que le llegó en la temporada 2010, casi un año después del percance. Pata Negra reapareció en Jerez de la Frontera, pero sorpresivamente como caballo de banderillas y ejecutando unas espectaculares piruetas.
Parecía que todo iba bien y que el percance estaba olvidado. Se fue viniendo arriba corrida a corrida, y así alcanzó en esa temporada la suma de treinta cuatro actuaciones, en la que permitió colocar sesenta y siete banderillas.
Totalmente recuperado, el caballo volvió a cruzar el charco y actuó en veintidós de los treinta festejos que cumplió el navarro ese año, compartiendo con él cuarenta y tres banderillas.
En la presente temporada, Pata Negra partía como uno de los elementos claves en la cuadra del estellés y un titular indiscutible que hizo que actuara en diez corridas y en veintiuna banderillas. Su última actuación fue el 25 de junio de 2011 en la plaza de toros de León. Y fue en el posterior desplazamiento a Badajoz, para actuar al día siguiente, cuando cayó enfermo, víctima de un fuerte cólico. Ese mismo día fue ingresado en la Complutense de Madrid, donde fue tratado y posteriormente dado de alta y trasladado nuevamente a Navarra para seguir la recuperación. Ésta fue satisfactoria y ya estaba casi en plenitud, aunque todavía muy bajo de peso, cuando a mitades del mes de agosto volvió a recaer, ya de forma fatal y definitiva.
Así finalizó la historia de un caballo histórico. Atrás quedaban tres años, setenta y cuatro actuaciones, once rejones de castigo y ciento treinta y una banderillas clavadas con su elegante hacer.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX