Raúl Sánchez capote en mano.
Este espada talaverano no llegó a torear en Pamplona, pero sí lo hizo en plazas navarras como las de Tafalla, Estella, Sangüesa y Burlada.
El matador de toros Raúl Sánchez Herrero falleció ayer, miércoles, en Talavera de la Reina a los 79 años de edad, después de no poder superar una larga enfermedad. Muy querido en Las Ventas, no llegó a torear en Pamplona, pero sí lo hizo en plaza navarras, como las de Tafalla, Estella, Sangüesa y Burlada.
Debutó con traje de luces en Madridejos en 1960 y ocho años después se presentó en Madrid, donde protagonizaría tardes épicas que le valieron para que la afición le bautizara como “El Legionario de Las Ventas”.
Tomó la alternativa en 1971 en la plaza de toros de Talavera de la Reina con un toro de Cortijoliva, de manos de Ángel Teruel y actuando de testigo José Luis Parada, cortando las dos orejas y el rabo de cada uno de sus toros. Su valentía, honestidad, pundonor y profesionalidad fueron condiciones que le acompañaron durante toda su carrera, a la que puso fin en 1989 también en su plaza de Talavera, compartiendo cartel con El Litri y Espartaco.
Desde su retirada, se mantuvo ligado al mundo del toro, como ganadero de reses bravas, propietario de una empresa de plazas portátiles y asesor de la plaza de toros de de La Caprichosa.
Raúl Sánchez Herrero será despedido hoy jueves con una misa funeral que tendrá lugar a las 19:00 horas en la iglesia del tanatorio de los Hermanos Agüero, de Talavera, y su cadáver será inhumado en el cementerio de San Román de los Montes. Descanse en paz.
Numerosas tardes en Navarra
Toreó en 1980 en Tafalla y le cortó una oreja a un toro de García Romero. Al año siguiente, volvió a ser contratado. Dio una vuelta al ruedo cuando dobló el que abrió plaza, de Luis Albarrán, y recibió el silencio del público tras matar al cuarto, de Isaías y Tulio Váquez. Dos años después, se enfrentó a dos toros de José Escobar y, tras estoquearlos, en ambos casos, dio la vuelta al ruedo.
En Estella toreó en 1982. Lidió dos difíciles toros de Conde de la Maza, se peleó con ellos, pero se fe de vacío. Lo mismo le ocurrió dos años después frente a un lote de Arcadio Albarrán.
Le rodaron mejor las cosas en Sangüesa. Fue el encargado de inaugurar la plaza el 12 de septiembre de 1982, domingo. Vestido de nazareno y oro, tuvo el honor de ser el primer matador que toreaba en el nuevo coso. Puso todo de su parte por agradar, pero no encontró colaboración en la materia prima, en dos toros de Sánchez Arjona. Pese a ello, logró dar una vuelta al ruedo tras matar al cuarto de la tarde. Dos años después, le cortó una oreja al que abrió plaza, de La Herguijuela.
Por último, toreó en Burlada en 1989, en la corrida que sirvió para inaugurar la plaza de esta localidad navarra. Alternó con Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas), Fermín Vioque (oreja y saludos tras aviso) y José Antonio Carretero (silencio y dos orejas). Se lidiaron seis toros de Marqués de Albaserrada y un novillo para rejones de Montalvo. Tras matar al primero de lidia ordinaria, dio la vuelta al ruedo y le cortó una oreja al segundo de su lote.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX