F. YMBRO, QUE LIDIARÁ EN PAMPLONA, DIVIDE LAS OPINIONES EN SEVILLA

Buen derechazo de Nazaré, que paseó la única oreja de la tarde. Fotografía: Arjona.

Buen derechazo de Nazaré, que paseó la única oreja de la tarde. Fotografía: Arjona.

La crítica taurina coincide al destacar al cuarto toro, por su duración y transmisión en la muleta y pese a su mansedumbre en varas.

Se puede afirmar que Ricardo Gallardo saldó su paso por la Feria de Sevilla con división de opiniones. Para Paco Aguado, fue un encierro desigual de volumen y suelto de carnes, débil de riñones y con más movilidad que celo en las embestidas. “A la mayoría, les faltó emplearse en los engaños por falta de raza o fuerzas, salvo el cuarto, manso en varas pero con duración y transmisión en el último tercio”.

Según la misma fuente, “salvo el cuarto, cinco de los ejemplares de la ganadería gaditana apenas tuvieron celo para hacerlo, bien por falta de raza, por ahorrar las mermadas fuerzas de sus cuartos traseros o por un temperamento defensivo que no debe confundirse tampoco con la casta. Ese único toro por encima de la media tampoco se rompió en el caballo de picar, de donde salió suelto en dos puyazos que apenas le hicieron sangrar. Así que mantuvo vigor no ya para moverse tanto como algunos de sus hermanos, sino también para entregarse más a la muleta de Antonio Nazaré”.

Por otro lado, en Mundotoro se pude leer lo siguiente: “La corrida de Fuente Ymbro, de hechuras dispares, imponente en cualquier caso, quizás por encima del toro de Sevilla, tuvo la virtud del galope. Esa alegría y transmisión en la embestida que llega fácilmente a los tendidos y que tiene la emoción tan buscada por algunos aficionados. No siempre eso es sinónimo de clase y hay quien distingue entre la bravura y el motor. El galope y el tranco. A gusto del consumidor, porque en el envío de Ricardo Gallardo hubo de todo. Fue al cuarto, de pecho predominante pero suelto de carnes, más vasto, con calidad, al que Antonio Nazaré le cortó la oreja, trazando muletazos soberbios por el pitón derecho. Al toro, que embistió humillado y con nobleza, se le pidió la vuelta al ruedo”.

A quien más gustó el encierro de Gallardo fue a Víctor García Rayo, de Aplausos.es, quien escribe que fue una gran corrida de toros. “(…) muy bien presentados, de juego muy interesante en general, con altas dosis de bravura, destacando especialmente los toros segundo y cuarto, el segundo por su exigencia y casta, y el cuarto por su clase, humillación y fijeza. Corrida de alta nota en conjunto”.

Respecto a los diestros, el resultado fue el siguiente. Antonio Nazaré: estocada (ovación); estocada trasera (oreja). Arturo Saldívar: pinchazo y media estocada trasera desprendida (silencio); estocada atravesada y dos descabellos (silencio). Javier Jiménez: pinchazo y estocada (ovación); tres pinchazos y estocada (silencio).

Tras la lidia del primero, Nazaré fue atendido de una fuerte contusión costal en el hemitórax izquierdo y de un varetazo en la región occipital. Salió infiltrado a matar a su segundo. Alejandro Sobrino y Ricardo Izquierdo saludaron en banderillas.

Lo peor, la entrada de esta cuarta corrida del abono sevillano, algo más de un cuarto de plaza.

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