Derechazo de Javier Marín en la plaza francesa de Mugron.
El becerrista de Cintruénigo estuvo muy por encima de un mal novillo del hierro de Alma Serena.
El novillero navarro Javier Marín hizo el primer paseíllo de esta temporada el lunes pasado en la plaza francesa de Mugron, donde derrochó valor ante un mal novillo de Alma Serena, que no ofreció posibilidad alguna de triunfo.
En una novillada sin caballos matinal, hizo el paseíllo con El Tolosa (palmas), que resultó herido en el pene al banderillear, y Clementito (oreja), que anduvo certero en la suerte suprema. Este trío de becerristas se enfrentó a un encierro de erales del hierro francés de Alma Serena –procedencia Miranda de Pericalvo-, de gran presentación pero que ofreció mal juego.
Al joven de Cintruénigo, vestido de grana y oro, le correspondió el segundo novillo, todo un regalito. El periódico francés “Sud-Ouest» resumió así su labor: “Javier Marín recibió a su novillo con dos faroles de rodillas. En la muleta, pronto el novillo se aquerenciaría en tablas, intentando desarrollar allí la faena Marín, un navarro con un coraje y estoicismo más que prometedor; ninguna de las cinco volteretas que recibió le hizo bajar la guardia frente a una bestia con mil vicios y sin posibilidades”.
Terminó con su oponente de una estocada tras dos pinchazos y dos golpes de descabello. Los aficionados franceses reconocieron el esfuerzo y la valentía del navarro, y le tributaron una ovación, a la que Marín correspondió saludando desde el tercio.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX