Alejandro Bonel en Pastrana, donde iba a conseguir un buen triunfo.
Ha publicado su decisión en Facebook, aunque asegura que el toro siempre formara parte de su vida.
El novillero navarro Alejandro Bonel Ros ha decidido poner fin a su andadura torera y ha hecho pública esta decisión en Facebook, agradeciendo el apoyo y la ayuda que ha recibido de muy diversas personas.
Nacido en Barañain hace 17 años, dio sus primeros pasos toreros en la Escuela Taurina de Navarra, de la mano de Manolo de los Reyes y junto a Juan José Luri “El Luri”, de San Adrián. En 2014, decidió dar un importante paso e ingresó en la escuela de alto rendimiento de Guadalajara, dirigida artísticamente por el matador de toros Luis Miguel Encabo.
Comenzó así una trayectoria en la que consiguió diversos triunfos, como el logrado en la localidad guadalajareña de Pastrana; consiguió cortar dos orejas en la semifinal del bolsín taurino de esta localidad y alcanzó así un puesto en la final.
En 2015, toreó en la plaza de toros de Pamplona, en pleno San Fermín y ante miles de personas que acudieron a un tentadero de reses bravas navarras, englobado en la iniciativa ‘Toros en Familia’. Para el que ya era vecino del barrio pamplonés de Mendillorri, fue un sueño cumplido.
Su comunicado de despedida y agradecimiento publicado en Facebook es el siguiente:
“Ha llegado la hora de formalizar algo que lleva tiempo en mi cabeza, desde que tengo uso de razón el mundo del toro ha sido lo que me ha mantenido vivo y me ha impulsado a seguir hacia adelante. Me ha llevado por caminos un tanto distintos que los de cualquier chico, caminos para nada fáciles pero que han formado y forjado a la persona que soy hoy día. He conocido a gente excepcional que me ha abierto las puertas de su casa cuando lo he necesitado y me han dedicado su tiempo como Maripaz Gonzalez Nuñez y su marido Pedro, como los ganaderos de Cantinuevo Antonio y su mujer Ángeles, como mis compañeros de CITAR que más que compañeros se han convertido en hermanos, como el maestro Luis Miguel Encabo e infinita gente más a la que agradezco todo lo que me han dado y aportado. Por respeto a todos ellos, a mí mismo y sobre todo al mundo del toro, he decidido colgar los trastos. Empieza una nueva etapa en mi vida de la que el toro formará parte pero no de la misma manera. Siempre he creído que uno nace torero y muere torero, independientemente de que uno termine o no desempeñando la profesión. Porque realmente no es una profesión, es una forma de vida. Muchas gracias a todos y un saludo”.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX