Concretamente, conoció las camadas de Jandilla, Murteira Grave, San Pelayo y Puerto de San Lorenzo.
El Club Taurino de Peralta viajó recientemente a tierras extremeñas para visitar cuatro ganaderías de bravo. La primera parada la llevó a cabo en Mérida, en la finca Don Tello, donde se crían las reses bravas de Jandilla. Los aficionados peralteses fueron recibidos por el representante del hierro, Carlos Núñez, quien les explicó al detalles las instalaciones y les enseñó los diversos cercados con los toros de saca de la temporada, ya enlotados. De este modo, pudieron contemplar los encierros destinados a Pamplona, Bilbao, Albacete, Istres, Beziers, Roquetas y Valencia, entre otros.Al día siguiente, se desplazó a tierras portuguesas, hasta la finca Galeana, próxima al municio de Mourao, al sur de Portugal, en le orilla izquierda del río Guadiana, dentro de la región del Alentejo. En tan histórica dehesa crece el ganado bravo marcado con el hierro de Murteira Grave. Su propietario, Joaquín Manuel de Vasconcellos e Sá Grave, se encontraba hospitalizado, por lo que el grupo navarro fue atendido por Joao, su representante. Tras ser agasajada con un café portugués, la expedición navarra pudo ver desde un tractor las diversas corridas de toros para esta temporada, desde la mayor, la de Azpeitia, la de Málaga y cuatro más que se lidiarán en plazas portuguesas. Además, contemplaron lotes de vacas y otro de utreros, del que saldrá una novillada para la riojana Arnedo.
La tercera jornada tuvo por destino la ganadería San Pelayo, propiedad de Verónica Gutiérrez (hija de Pedro Gutiérrez Moya, Niño de la Capea) y del matador de toros Miguel Ángel Perera. En representación de la empresa, Sandra Perera, hermana del torero, con el mayoral José Luis, les trasladaron a los cercados en los que crecen tres corridas de toros para rejones y les mostraron los lotes de vacas y uno de utreros con el hierro de Alqueda, que Perera posee con vacas procedentes de Fuente Ymbro regaladas por Ricardo Gallardo. Tras recorrer las instalaciones, el grupo peraltés disfrutó de una comida de hermandad en la propia finca.
Y por último, ya al día siguiente en el viaje de vuelta, visitaron, también en tierras salmantinas, la finca Puerto de la Calderilla, cuartel general de Puerto de San Lorenzo. Allí pudieron saludar a Lorenzo Fraile padre y, seguidamente, su hija Maite, relaciones públicas de la empresa, les puso a su disposición un remolque de setenta plazas y les mostró los diversos cercados. En esta ganadería no tenían los lotes hechos pero tenían agrupados a los toros por su trapío: tres corridas, para Madrid, Bilbao y Santander y otras seis para plazas de menos volumen.
El viaje campero se convirtió en un auténtico lujo para cualquier aficionado y todos los miembros del Club Taurino de Peralta se mostraron partidarios de repetir. No podía ser de otra manera.