Los aficionados de Arguedas en la finca de Daniel Ruiz.
Los aficionados navarros recorrieron las fincas de Daniel Ruiz y de Samuel Flores.
El Club Taurino Casta Brava de Arguedas realizó el pasado fin de semana un viaje campero por tierras albaceteñas y visitó, entre otros lugares, las ganaderías de Daniel Ruiz, de procedencia Jandilla, y de Samuel Flores, de encaste propio.
La primera parada tuvo lugar el día 23, viernes, bajo un fortísimo viento, en Alcaraz, en la finca Cortijo del Campo, donde se cría el ganado bravo de Daniel Ruiz. Su hija Cecilia fue la encargada de recibir al grupo de aficionados navarros y de acompañarlos por la dehesa.
A pesar del mal estado del piso de los cerrados –ha caído muchísima lluvia en el último mes-, los vaqueros se esforzaron e hicieron lo posible para que la visita se pudiera llevar a cabo. De este modo, los arguedanos pudieron contemplar muchos toros, incluidos los destinados a las plazas de Málaga y de Córdoba. Seguidamente, disfrutaron de una comida de hermandad en uno de los salones de la finca.
Por la tarde, se desplazaron hasta Alcaraz, precioso pueblo medieval que atesora rica historia. Y, ya en Albacete, visitaron su magnífica y bien cuidada plaza de toros. Fueron atendidos amablemente por su conserje y pudieron disfrutar del toreo de salón que realizaron los alumnos de la Escuela Taurina de Albacete, bajo las instrucciones de su profesor, el diestro albaceteño Sergio Martinez.
Problemas superados
Al día siguiente, viajaron hasta la localidad albaceteña de Povedilla, donde se encuentra la finca El Palomar, en la que se crían los toros de Samuel Flores. En ella, fueron atendidos por el propio ganadero, quien les mostró la dehesa, magnífica para el ganado, la caza y el cultivo. A lo largo del recorrido, el criador de bravo explicó los graves problemas de fertilidad que había tenido en los últimos años por la consanguinidad del ganado, un problema que ya había conseguido superar.
Mientras tanto, pudieron contemplar los toros de saca, magníficos ejemplares, muy cuajados y con un trapío impresionante. Además, pudieron observar la yeguada que posee este ganadero y un gran museo, ubicado en un antiguo pajar, dedicado a la Tauromaquia y a la caza. Fue en este precioso lugar donde los navarros comieron antes de regresar a Albacete.
Y ya el día 25, domingo, emprendieron el viaje de regreso a Arguedas, localidad a la que llegaron después de haber hecho escala en Teruel y disfrutado de esta ciudad.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX