CUARTA Y ÚLTIMA DE LA FERIA DE TUDELA. CRÓNICA. SOPORÍFERO FINAL

Último paseíllo de la Feria de Santa Ana de 2012. Fotografía: Blanca Aldanondo.

El trío de rejoneadores se repartió tres orejas en una tarde en la que falló el ganado.

Ganado: cuatro toros de Espantalobos y dos, primero y segundo, de Torremilla, del mismo propietario, cinqueños, salvo el sexto, muy desiguales de presencia, mansos, parados, deslucidos, excepto el manejable segundo y el que cerró plaza y feria, que se movió con buen tranco, fijeza y cierta codicia.

Roberto Armendáriz: oreja con petición de la segunda y vuelta al ruedo.

Noelia Mota: silencio y oreja.

Manuel Manzanares: silencio y oreja.

Presidencia: a cargo de Jesús Álava, asesorado por Rosa López y Francisco Javier Garijo, tuvo un par despistes y concedió la oreja del quinto cuando el toro ya era arrastrado; por lo demás, correcta.

Incidencias: un cuarto de plaza. Tarde soleada y calurosa. Noelia Mota hizo su presentación en Navarra.

El final de feria resultó tan soporífero como desolador. El aspecto de los tendidos producía pena. Cemento y más cemento en una tarde, en un ciclo en el que los tudelanos no han respondido a las citas taurinas vespertinas. En este aspecto, ha sido la peor feria de lo que llevamos de siglo.

Ahora bien, los pocos espectadores que soportaron las casi dos horas y media de festejo se ganaron una mención especial a la paciencia. Y es que la última tarde de una feria para olvidar resultó muy aburrida por el escaso juego que ofreció la materia prima, cinqueña y muy desigual, parada y deslucida, salvo dos excepciones. Sólo las ganas que pusieron los tres rejoneadores salvaron en parte la tarde del rejoneo.

Abrió plaza el caballero navarro, Roberto Armendáriz, que tuvo que bailar con la más fea, con el peor lote. Su primero fue un manso distraído, que se dedicó a esperar y a intentar sorprender. Lo recibió con Berlinde, que tuvo que pelear contra la marcada querencia a tablas de un cinqueño que en octubre iba a cumplir seis años. Ya en banderillas, sobre Prometido, conectó con los tendidos en dos palos cambiando al pitón contrario. En el tercio final, con Trasnochador, clavó tres cortas sin la continuidad deseada debido a que el toro estaba casi pegado a tablas. Mató de un rejonazo y llegó el susto. El toro casi consigue el objetivo que buscaba: cazar. En su agonía, tiró una última tarascada que levantó por los aires al rejoneador de Noain. Por fortuna, no tuvo mayores consecuencias. Segundos después, paseaba la primera oreja de la tarde, aunque el público había pedido las dos.

El cuarto tuvo similar condición, manso parado que sólo embistió a arreones. Pese a ello, Armendáriz consiguió conectar con los tendidos en banderillas, con los ajustados quiebros de Ranchero y las batidas al pitón contrario de Zamorino. Pudo cortar otro trofeo, el de la puerta grande, pero no anduvo acertado con la hoja de peral y todo quedó en una vuelta al ruedo.

Noelia Mota se presentó en Navarra y se ganó al público a base de simpatía. Actuó en segundo lugar pese a ser más veterano, haber tomado antes la alternativa el jinete alicantino. Pero, tras un sorteo muy calentito, el orden quedó fijado así, al contrario de lo que dicta el reglamento.

Su primero resultó manejable, se movió con buen son. La madrileña realizó una faena sin apreturas, templadita, a prudente distancia, clavando al cuarteo. Falló a la hora de matar, y el respetable acabó desentendiéndose. El quinto fue un marmolillo, que apenas se movió y se sintió más cómodo echado sobre la cálida arena tudelana.

En banderillas, puso voluntad, toda la posible, con Rayito y Embozo, pero todo intento resultó deslucido porque el toro no se tenía en pie. Sin embargo, volvió a elegir a Pavaroti para el tercio final y mató de pinchazo y rejonazo, que causó sensación en el tendido. Petición y concesión de oreja.

Manzanares realizó la mejor faena de la tarde ante el buen sexto con Estella de salida, Tomate y Mazantini en banderillas y Sabina en el tercio final, en un trasteo en el que midió bien las distancias y los tiempos. Previo pinchazo, terminó con un efectivo rejón y cobró la última oreja de la feria, trofeo que no logró del tercero tras una buena faena en la que todo lo tuvo que hacerel alicantino, ayudado por Napoleón, Farruquito y Mazantini.

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