Diego Hermosilla se ha quedado injustamente fuera de la feria de Peralta, pese a que estaba previsto que abriese la feria el día 2 con la novillada de Cambronell Hermanos. Es un hecho que la empresa había confirmado. El novillero se desplazó hasta Salamanca para ver los utreros, con toda su ilusión, e incluso tentó una vaca de este hierro.
Unos meses después, a principios de agosto, no tuvo una buena tarde en Lodosa. Es cierto. Y, tras ella, comenzó a gestarse la triste historia. Alguien, posiblemente de Peralta, llamémosle “el chivatillo” le vio torear en la localidad del piquillo. No le gustó y fue con el cuento al ayuntamiento para que lo quitasen de la feria. El ayuntamiento se tragó el cuento y presionó a la empresa, Tauroejea, para que lo quitase… y lo consiguió. El chivatillo estará ahora orgulloso por haber conseguido su objetivo. Como si todos los novilleros anunciados fuesen mejores que el navarro. Mal el ayuntamiento, por hacerle caso, y mal la empresa, por ceder a las presiones municipales. Como sucedió en Tudela con Marco, de nuevo vuelven a pagar la faena justos por pecadores. Que pases unas buenas fiestas, chivatillo y tómate una copita a la salud de Hermosilla. Como querías, él no toreará en Peralta pero a ti te toca ahora lidiar con tu conciencia. Ah! Y, por favor, no presumas de aficionado a los toros, que ni lo eres ni lo serás.