El pamplonés Bruno Martínez, en el centro, haciendo el paseíllo en la semifinal del bolsín de Cariñena.
Le correspondió una erala complicada, a la que, por limitación del tiempo, sólo pudo sacarle un par de buenas tandas de naturales.
El becerrista pamplonés Bruno Martínez disputó este domingo en la plaza Jesús Arruga la semifinal del II Bolsín de Cariñena. En la mañana de ayer, compitió con otros once becerristas en busca de un puesto en la final, que se celebró este mismo domingo por la tarde. La ganadería elegida para ambas jornadas fue la de Francisco Murillo Conde, de Tauste.
En la semifinal, se lidiaron eralas de este hierro aragonés, que resultaron complicadas. Hubo seis vacas para doce becerristas; es decir, cada vaca fue lidiada por dos promesas del toreo. Previo sorteo del ganado y del puesto para torear cada vaca –primero o segundo-, quedaron fijados becerristas y eralas. Al pamplonés, le correspondió la segunda, a la que tuvo que torear en primer lugar; después, intervino en segundo lugar el otro Bruno, Aol, de la Escuela Taurina José Cubero ‘Yiyo’ de Madrid.
El alumno de la Escuela Taurina de Pamplona se encontró con una vaca, difícil, deslucida y con marcada querencia a tablas. La recibió con una decena de buenos capotazos. Y con la muleta, se fue apoderando de ella, en una lucha contra esa querencia. Ya en el tercio, le sacó un par de tandas buenas de naturales, pero fue entonces cuando la organización ordenó que comenzase a torear el segundo becerrista, Bruno Aoll, que, tras el buen trabajo de navarro, se encontró un animal más suave, ante el que pudo torear más cómodo, tanto que logró pasar a la final de la tarde.
La final fue disputada por la tarde con seis añojos de Murillo Conde, que resultaron complicados. El vencedor final fue Francisco Fernando, de la Escuela Mar de Nubes; después se clasificaron, por orden, Miguel Serrano (ET Segovia), Ismael Martín (ET Salamanca), Ignacio Bonet (ET Huesca), Alberto Donaire (ET Valencia) y Bruno Aoll (ET José Cubero ‘Yiyo’ de Madrid).
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX