El caballero de Noain consiguió su séptima salida a hombros en este coso navarro.
Ganado. Cuatro utreros de Los Recitales, bien presentados, primero, segundo y cuarto, muy bravos, de incansable y humillada embestida, y con menos clase el tercero, aunque también colaborador.
Rejoneadores.
El Cartagenero: oreja y oreja tras aviso.
Roberto Armendáriz: oreja y dos orejas.
Presidencia. A cargo de Marta Perochena, asesorada por Luis Miguel Baztán y Antonio Puig, cumplió correctamente su labor.
Incidencias. Más de media plaza. Tarde soleada y agradable.
Tres de los cuatro novillos de Los Recitales lidiados ayer en Olite fueron una exhibición de bravura. Primero, segundo y cuarto salieron con muchos pies de toriles y así siguieron casi hasta el final, galopando durante toda la lidia, con una embestida franca, humillada, boyante y codiciosa. Primero y cuarto, además, lucieron presencia de toretes, enmorrillados y con cuajo. Sólo el tercer novillo bajó el nivel, colaborador pero en tono más bajo. Novillada, en definitiva, de muy alta nota y satisfacción en su ganadero, Salvador Martín Losada, que veía el festejo desde el tendido.
Fue precisamente ante el bravo cuarto cuando Roberto Armendáriz consiguió los mejores momentos de la tarde. Muy pronto, con su caballo Zelador, Armendáriz vio la calidad del utrero, al que dejó dos rejones de castigo arriba y se adornó con templadas y toreras pasadas. En banderillas mantuvo el mismo nivel, templando muchísimo la franca embestida del utrero y arriesgando en ajustadas piruetas en la cara del novillo. Con Polvorilla acortó las distancias, metiéndose entre los pitones de su oponente. Tan a gusto estaba Armendáriz que no quiso cambiar de montura para matar, seguramente con la intención de no enfriar el ambiente. Lo hizo de un rejón trasero, pero que sirvió para el que utrero doblara las manos. El público le premió con dos merecidas orejas.
Ante el segundo, excelente novillo de incansable embestida incluso con tres rejones de castigo, basó su faena sobre Delirio, con el que templó en ajustados galopes a dos pistas y clavó de forma certera. Con Trasnochador llegaron las cortas, adornos y mató de pinchazo y rejonazo. Fue premiado con una oreja.
Pedro Hernández, «El Cartagenero», cortó una oreja de cada uno de sus novillos y acompañó a Roberto Armendáriz en la salida a hombros. Ante el primero arriesgó en los galopes a dos pistas, dejando llegar mucho al bravo novillo, y estuvo seguro a la hora de clavar las banderillas, aunque en esta ocasión sin demasiadas apreturas. Lástima que a la hora de matar descordara al novillo. Pobre final para tan buen utrero.
Su segundo fue un novillo más parado, que acusó al final de la faena los tres rejones de castigo. La labor del rejoneador mantuvo el interés y nuevamente estuvo muy certero con las banderillas. Destacó especialmente en un par a dos manos. En esta ocasión mató de un pinchazo hondo arriba, que fue suficiente para que el utrero doblara.
Texto: Miguel Pérez.