ANTÓN Y ARMENDÁRIZ PRESENTARON SU OFRENDAS EN LA MISA DE LA ESCALERA

Antón, en el momento de ofrecer a San Fermín su capote con la Virgen del Villar bordada. Fotografía: Javier Sesma.

Antón, en el momento de ofrecer a San Fermín su capote con la Virgen del Villar bordada. Fotografía: Javier Sesma.

El ganadero y pastor del encierro Miguel Reta ofreció su vara a San Fermín.

Los navarros Javier Antón, novillero, y Roberto Armendáriz, rejoneador, presentaron el domingo pasado sus ofrendas a San Fermín durante la llamada ‘misa de la escalera’, que se celebró en la parroquia pamplonesa de San Lorenzo, en su Capilla de San Fermín. El párroco de esta iglesia, Santos Villanueva, ofició una ceremonia que estuvo marcada también por los danzantes de Ochagavía y por la música de las voces de la Coral de Santacara, que arrancaron los aplausos de los fieles congregados.

En el momento de las ofrendas, el novillero navarro Javier Antón le entregó al santo un capote de paseo nuevo con la Virgen del Villar de Corella bordada. “Para un navarro, San Fermín es lo más grande, y más como torero, ya que él te brinda su ayuda y protección”, expresó el novillero minutos antes del comienzo de la misa. Junto a Javier Antón, el rejoneador de Noain Roberto Armendáriz se acercó a San Fermín y ofreció su presencia para recordar a su padre, Justino Armendáriz, fallecido en diciembre de 2011. Asimismo, el ganadero y pastor del encierro Miguel Reta ofreció su vara, con la que intenta conducir a los toros hasta los corrales de la plaza todas las mañanas festivas de San Fermín.

Por su parte, el matrimonio de Falces compuesto por el corredor Carlos Arana y Pilar Tapiaca le entregó al santo un pañuelo y unas flores respectivamente. “Soy corredor de encierros desde hace cuarenta años. Tanto en Pamplona como en otras localidades, y por ello San Fermín tiene un significado especial y me emociona el poder estar aquí”, afirmó Carlos Arana. Por su parte, el pastor Miguel Reta ofreció la vara.

Pero en la celebración de ayer también hubo hueco para los homenajes. En concreto, se les entregó un San Fermín tallado en madera y un pañuelico rojo a Gerardo Lecea, navarro fiel devoto de 80 años, y al conserje de la Plaza de Toros, Mariano Iglesias.

Información basada en la publicada por Isabel García en Diario de Navarra.

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