VEINTE JINETES, EN UNA EXHIBICIÓN DE ACOSO Y DERRIBO EN SÁDABA

Un momento de la exhibición de acoso y derribo.

Un momento de la exhibición de acoso y derribo.

Organizada por el Club Hípico Cañada Bardenas de Tudela, se tentaron reses de José Antonio Asín, de Carcastillo.

Veinte jinetes se dieron cita el domingo pasado en Sádaba para participar en una exhibición de acoso y derribo, que fue todo un éxito, tanto  por la asistencia de público y por el buen tiempo reinante, verdaderamente primaveral, como por el magnífico juego del ganado y el buen hacer de los caballistas. La jornada estuvo organizada por el Club Hípico Cañada Bardenas de Tudela, que cuenta en la actualidad con setenta socios de Navarra, Aragón, Soria y La Rioja.

Las reses, eralas y utreras, de encaste domecq, propiedad del ganadero José Antonio Asín, natural de Carcastillo aunque afincado en Sádaba, fueron bravas, ofrecieron un juego excelente para el disfrute de garrochistas y amparadores.

La suerte del acoso y derribo de ganado tiene su origen en el manejo del toro a campo abierto y la faena campera del tentadero de machos. En el tentadero a campo abierto es necesario apartar al macho y conducirlo hacia la zona en la que espera, en la soledad del campo, el picador. Los machos no se torean, pero la forma de entrar al caballo y su reacción al sentir la leve puya en su lomo son señales importantes para el ganadero a la hora de seleccionar.

Los que acosan son siempre dos jinetes, que forman collera. El que tiene la misión de derribar –entra por el lado derecho del animal- se denomina garrochista, mientras que su compañero de collera es el amparador, quien tiene la importante misión de acosar –por el lado izquierdo- a la res instantes antes de la echada para atajar la dirección del animal y favorecer el derribo por parte del citado garrochista.

El Club Hípico Cañada Bardenas cerró la jornada campera con una comida de hermandad.

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